Los tres expresidentes dicen que estarían dispuestos a vacunarse públicamente contra el coronavirus, una vez que esté disponible la vacuna, para incentivar a todos los estadounidenses a hacer lo mismo en un momento que la enfermedad ya ha cobrado 293.000 muertes en todo el país.
El expresidente Barack Obama afirmó durante “The Joe Madison Show” de SiriusXM: “Les prometo que cuando se haya aplicado a las personas que corren mas riesgo la tomaré”.
“Puede que me la aplique en televisión o grabándolo”, añadió Obama, “sólo para que la gente sepa que confío en esta ciencia”.
Por ahora, La Administración de Alimentos y Medicamentos (“FDA” por sus siglas en ingles) considerará la posibilidad de autorizar el uso de emergencia de las dos vacunas fabricadas por Pfizer y Moderna a finales de este mes, pero las estimaciones actuales prevén que no se dispondrá de más de 20 millones de dosis de cada vacuna para finales de este año. Cada producto también requiere dos dosis, lo que significa que las inyecciones se racionarán en las primeras etapas.
Los trabajadores del sector de la salud y residentes de asilos de ancianos deberán estar en primera línea para la vacunación, según lo decide en EEUU el influyente Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización. La cifra rodeara alrededor de 24 millones de personas sobre el total de 330 millones de ciudadanos norteamericanos.
El expresidente Bill Clinton estaría “definitivamente” dispuesto a recibir una vacuna, tan pronto cuando una lo esté para él, en base a las prioridades determinadas por los funcionarios de salud pública”, anunció su portavoz Ángel Ureña.
“Y lo haría en un lugar público si eso ayuda a instar a todos los estadounidenses a hacer lo mismo”, dijo Ureña en un comunicado el jueves.
El jefe de personal del expresidente George W. Bush, Freddy Ford, dijo a CNN que Bush le pidió recientemente que se reuniera con el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de la nación, y con la Dra. Deborah Birx, la coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, para hacerles saber “que, cuando llegue el momento, quiere hacer lo que pueda para ayudar a incentivar a sus conciudadanos a que se vacunen”.
“Primero, las vacunas deben ser consideradas seguras y administradas a las poblaciones prioritarias”, dijo Ford durante una entrevista para la cadena. “Luego, el presidente Bush se pondrá en la fila para la suya, y con gusto lo hará en cámara”.
Las voces de apoyo llegan en un momento critico para los EEUU con récords de casos u muertes batidos durante las ultimas dos semanas. La semana pasada, el número de estadounidenses hospitalizados con el virus también ha sobrepaso los 100.000 por primera vez.
Este verano se le preguntó al presidente Donald Trump si consideraría ser el primero en vacunarse para enviar un mensaje de que seria algo seguro. El presidente dijo que ser el primero también podría llevar a acusaciones de que estaba siendo egoísta, pero que la tomaría si se le recomendaba hacerlo.
Trump está fomentando la vacuna. En la ceremonia de alumbrado del Árbol de Navidad Nacional, que se grabó el lunes y se transmitió el jueves por la noche, Trump dijo: “Es realmente un milagro de Navidad, uno de los grandes logros médicos, dicen, de toda la historia”.
Durante una mesa redonda celebrada el jueves en Memphis, Tennessee, con el vicepresidente Mike Pence, el Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo que los EE.UU. deben restaurar la confianza nacional en las inmunizaciones.
“Ha habido un gran desafío a lo largo de los años de esta creciente preocupación de lo que yo considero ‘vacilación de la vacuna'”, dijo Redfield. “Es realmente triste como médico de enfermedades infecciosas ver a muchas personas elegir dejar la vacunación en el estante para ellos mismos, su familia y la comunidad”.
El presidente electo Joe Biden dijo hace meses que tomaría “una vacuna mañana” tan pronto como fuera posible.
Biden dijo a la CNN durante una entrevista el jueves que él también estaría feliz de vacunarse públicamente para animar a la gente a seguir su ejemplo.
“La gente ha perdido la fe en la capacidad de la vacuna para funcionar”, dijo Biden. “Ya los números son realmente asombrosamente bajos, e importa lo que hagan el presidente y el vicepresidente”.
Esto sigue a la advertencia de Biden del miércoles de que la propagación de la pandemia de coronavirus en los próximos dos meses podría matar hasta 250.000 personas más, aunque no ofreció detalles para respaldar una evaluación tan sombría.
“No puedes viajar durante estas fiestas”, dijo Biden al público “tanto como quieras”