Pedir comida a domicilio hace una década era casi un lujo. Hoy en día, muchos mexicanos dedican buena parte de su presupuesto a las entregas a domicilio por plataformas como Uber Eats o Rappi, o bien, a suscripciones de servicios digitales, pero han dejado de adquirir formatos físicos de música como CDs y ahora pagan por plataformas de streaming. Los patrones de consumo entre los mexicanos han cambiado, sobre todo después de 2020, tras las restricciones sanitarias por la pandemia de covid-19. Por ello, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) llevará a cabo una actualización del Índice Nacional de Precios al Consumidor, la herramienta con la que el organismo mide la inflación en el país.
Arturo Blancas Espejo, director de Estadísticas Económicas del Inegi, explica a México Pragmático que realizarán una consulta pública para conocer cómo ha cambiado la manera en que los mexicanos gastan y en ese sentido, poder conocer los aumentos de precio. “Lo que queremos hacer es actualizar el gasto que se tiene en las familias, actualizando los productos respecto a su patrón de consumo y también la canasta, para saber si ya cambiaron los productos más importantes y en ese sentido agregar o sacar algunos”, dice el especialista.
La inflación ha ocupado la preocupación económica de los mexicanos en los últimos meses. El Índice Nacional de Precios al Consumidor ubicó la inflación en su punto más alto en agosto de 2022, cuando llegó a estar en 8,77%, lo que ha motivado al Banco de México a aumentar las tasas de interés sostenidamente para tratar de contener la escalada de precios.
La última ocasión en que la base para medir la inflación fue en julio de 2018, por lo que Blancas indica que es una buena oportunidad de replantear este índice. “Para actualizar la canasta necesitamos tener la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) que se publica en julio”, precisa el funcionario del Inegi.
Los parámetros para medir la inflación, sin embargo, no cambiarán drásticamente, ya que deben de cumplir con lineamientos de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, entre otros, que homologan los criterios que se emplean para medir el aumento de los precios a nivel internacional. Blancas Espejo adelantó que a partir del 15 de mayo el instituto publicará una consulta pública en donde los mexicanos podrán hacer aportaciones sobre el modo en que consumen, así como consultar la metodología para el cambio en la base de la canasta y los productos que serán incluidos o retirados.
Graciela Márquez, presidenta del Inegi, indicó esta semana que aunque la base del Índice Nacional de Precios al Consumidor cambie, no se trata de “cucharear” el dato de la inflación. “La inflación, a diferencia de todos los demás datos que produce el INEGI en términos de información económica, no se puede retropolar [aplicar metodologías a datos producidos con anterioridad], pues el índice tiene efectos legales y de otro modo puede perder veracidad jurídica”, explica el actuario Blancas.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor es uno de los indicadores más complejos que el Inegi elabora al ponderar más de 350.000 productos de consumo general a nivel nacional y que considera, además de alimentos, rubros como transporte, educación, salud y vivienda. “El nivel de desagregación y confianza que tenemos en cuanto a precios es enorme”, refiere Blancas Espejo. Una vez que se concluya la consulta y la discusión sobre la canasta y los productos que se actualizarán, la nueva base para medir la inflación podrá utilizarse para medir la inflación desde el segundo semestre de 2024.