México ha superado este año a China como primer socio comercial de los Estados Unidos.
Este hito refleja un cambio real en la dinámica de la economía mundial, que ha pasado de dar prioridad a los precios bajos y a una mayor rentabilidad (a través de cadenas de suministro súper frágiles) a algo más complejo.
“Las relaciones económicas mundiales de hoy en día abarcan una miríada de preocupaciones, entre ellas la seguridad nacional, la política climática y la resistencia de la cadena de suministro”, afirma Luis Torres, economista senior de negocios en Dallas en entrevista con México Pragmático.
El declive de China como principal socio comercial del país se produce tras años de deterioro de las relaciones entre EE.UU. y China, y refleja el ascenso de México en el sector manufacturero, acelerado por un nuevo impulso al “nearshore”, es decir, al desarrollo del comercio más cerca de EE.UU.
La industria automotriz representa casi una cuarta parte de la actividad comercial manufacturera total entre EE.UU. y México. China exporta más a EE.UU. de lo que EE.UU. envía a China, pero el comercio con México está más equilibrado entre importaciones y exportaciones. Por ejemplo, en algunas industrias, los productos se inician en plantas estadounidenses y se terminan en fábricas mexicanas antes de regresar a Estados Unidos. “Nos complementamos”, dice Torres a México Pragmático
El comercio con China comenzó a declinar después de que la administración Trump impuso aranceles restrictivos a las importaciones chinas en 2018 – y China respondió con aranceles de represalia. Disminuyeron aún más cuando la pandemia torció las cadenas de suministro en todo el mundo.
México y Estados Unidos comercian con muchas menos barreras, parte del tratado de libre comercio antes conocido como TLCAN, renegociado como Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá en 2020.