Nacho Álvarez cofundó Moneypool, una aplicación para trasferir dinero, en 2014 en Monterrey, Nuevo León. El nacimiento de la start-up, como se denomina a este tipo empresas emergentes, en la capital neoleonesa fue elegido en parte de manera “accidental” y en parte de forma “programada”. “Cuando llegué a Monterrey comencé a exponerme a este concepto fintech [tecnológicas financieras] y empezó a salir la idea. Lo que tiene Monterrey que cualquier hub [centro] tecnológico necesita es el acceso al talento técnico”, cuenta a México Pragmático en una videollamada.
La ciudad neoleonesa ha ido creciendo en los últimos años como un lugar con las condiciones aptas para ser un “semillero” de este tipo de empresas. La web especializada StartupBlink ha posicionado este año a Monterrey en el sexto lugar de Iberoamérica para desarrollar este tipo de negocios. Para realizar la clasificación, la página ha tenido en cuenta la cantidad, la calidad y entorno empresarial de 1.000 ciudades.
Con 1,1 millón de habitantes, la novena ciudad más poblada de México pugna por estar entre los ecosistemas más deseables para el desarrollo de las nuevas tecnológicas. Monterrey —en el puesto 139 del mundo, 10 puestos por encima del 2021—, ha sobrepasado en la clasificación a ciudades como Guadalajara, la ciudad de Jalisco que estaba llamada a ser la Silicon Valley mexicana y que, actualmente, se encuentra como la tercera mejor ciudad de México y la 202 del mundo en este campo.
Mario García, cofundador del club de inversionistas ángeles (dirigidos a las empresas emergentes) AngelHub, lleva involucrado casi 10 años en el mundo de los negocios tecnológicos en Nuevo León. Cuenta a México Pragmático que el secreto de Monterrey para ser un centro para el desarrollo de start-ups se sostiene sobre tres patas principales: su “fuerte” posicionamiento geográfico, el número de empresas y la gran cantidad de emprendedores que surgen de los centros universitarios. Defiende que, a diferencia de Guadalajara, Monterrey cuenta con un mayor número de ingenieros y estudiantes.
Para respaldar este dato, comienza a nombrar a algunas de las universidades del lugar: el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad de Monterrey, la U-ERRE, “y muchas otras universidades privadas”, concluye García. El Estado de Nuevo León es reconocido por ser un centro de formación de talento, según la ONG de emprendimiento de alto impacto Endeavor, que contabiliza la comunidad de estudiantes neoleoneses en 1,6 millones.
El cofundador de AngelHub afirma que otro de los puntos fuertes de la capital neoleonesa es el número de grandes empresas —compañías como Femsa, Cemex o Grupo Alfa— que, según señala, se acercan más a los emprendedores. Finalmente, recuerda la posición geográfica de la ciudad neoleonesa en el mapa. “Está cerca de Texas. Y de Estados Unidos. Tan solo con Texas tenemos una serie de proyectos donde nos estamos acercando al ‘Triangulo Dorado’, que lo forman Austin, Houston y Dallas y que genera más de un trillón de dólares de negocio”, defiende García en la videollamada.
Pese a los buenos resultados, Monterrey se encuentra como segunda ciudad mexicana en la clasificación de StartupBlink, tras la capital del país. Nacho Álvarez cuenta que Ciudad de México tiene un plus en la mayoría de temas. “Todo lo que quieras, lo multiplicas por cinco, y lo tienes allá”, defiende en forma de hipérbole. El director general de MoneyPool secunda la importancia de la geografía regia, a la que considera “muy fuerte y muy natural” a la hora de ayudar a convertirla en un centro importante para las empresas. Además, recalca la naturalidad por la innovación y el emprendimiento de los jóvenes neoleoneses, que impulsan el posicionamiento de la ciudad. Cree que la posibilidad de que Guadalajara haya crecido en los años previos puede haber creado una cierta “comodidad” en la capital de Jalisco, por lo que su necesidad tecnológica podría haber quedado “satisfecha”. “En Monterrey ves que hay mas oportunidad de hacer cosas chicas, que se hagan grandes más adelante. Guadalajara ya está medio encasillado a ser el hub de las grandes y Monterrey el semillero”, reflexiona.
El estudio de Endeavor también concreta los obstáculos a los que se enfrenta la capital neoleonesa. A través de una encuesta realizada a 100 emprendedores, destacan que las mayores dificultades a las que se enfrenta Nuevo León son: el acceso a los clientes, al financiamiento y a la disponibilidad de altos directivos cualificados. También señala que existe una desconexión y una falta de comunicación entre los componentes de ecosistema de las empresas emergentes, como son los emprendedores, los inversionistas, los empresarios, las universidades, los corporativos y las organizaciones.
Endeavor recoge que el Estado de Nuevo León creó 68 “emprendimientos” entre 2018 y 2022, entre las que sobresale uno de los llamados “unicornio”, aquellas empresas tecnológicas con un valor superior a los 1.000 millones de dólares: Nowports, una empresa logística dedicada a facilitar las importaciones y las exportaciones de mercancías por medio de tecnología. Por su parte, StartupBlink señala que Monterrey concentra 45 de las 452 start-ups que contabiliza en México. Entre otras, subraya el nombre de MoneyPool.
Álvarez y su socio escogieron Monterrey para fundar la empresa en parte de manera “accidental” y “programada”. Para matizar sobre esa parte “programada”, el cofundador cuenta que en la ciudad han aparecido iniciativas de interés que han motivado a los emprendedores. Tanto las universidades, como el Gobierno estatal y el de la ciudad, han comenzado proyectos dedicados al sector de los negocios tecnológicos. Entre estas ideas, surgieron planes como el de INCmty, el festival de emprendimiento con mayor impacto de Latinoamérica.
El cofundador de MoneyPool mantiene su defensa de los egresados universitarios y recalca que los jóvenes son más propicios a innovar. “La ignorancia de la juventud es una bendición”, reflexiona Álvarez. “Cuando lanzamos MoneyPool no pensábamos en las consecuencias legales. México tiene una gran problema en el fraude en línea. Es lo que ha acabado con muchos competidores. Si el primer día me dicen iba a pasar cuatro años luchando contra este tipo de fraude habría dicho que mejor ya no empezaba”, sopesa.