Entre el 2011 y el 2020, Brasil, Colombia, México y Honduras fueron los cuatro países donde se asesinaron más periodistas en Latinoamérica, conformando el 80% del total de asesinatos en el continente. La situación siguió empeorando, pues en el 2020, la región de América Latina fue aquella con la mayor cantidad de periodistas asesinados a causa de su profesión. Estas alarmantes cifras, recopiladas a través del proyecto ‘Bajo Riesgo – Análisis de los programas de protección de periodistas en América Latina’ han llevado a que las Naciones Unidas determinara que es la segunda región más letal del mundo para los periodistas, después de Asia y el Pacífico. En el 2021, 55 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados, de los cuales 14 murieron en América Latina y el Caribe.
Esto llevó a que, a partir del 2021, la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF), junto con la UNESCO, lanzaran un proyecto para investigar los mecanismos de protección de los periodistas presentes en México, Colombia, Brasil y Honduras, pues se estima que alrededor del 45% de las víctimas habían informado de manera pública las amenazas que habían recibido, pero no se beneficiaron de las medidas de protección del Estado. Es por esto que RSF quiere recoger y analizar la información que hay acerca de estos programas de protección, para poder mejorar los sistemas existentes y aumentar la seguridad de los periodistas. El problema es evidente, pues de los 139 periodistas asesinados en estos 4 países, 63 habían recibido amenazas y tan solo 10 recibieron medidas de protección (lo cual comprende el 7% del total asesinados).
Esta forma extrema de censura está atentando contra el ejercicio de la libertad de expresión en la región, y además se está vulnerando el derecho colectivo a la información. Esta represión y violencia en contra de los periodistas ha generado un retroceso en la libertad de prensa y de expresión, alarmando a las organizaciones mundiales al igual que a los ciudadanos de estos países. Y, a pesar de que el proyecto inició en el 2021, el 2022 no ha dado tregua, con cifras preocupantes desde el primer mes del año, evidenciando una vez más la crisis del periodismo en Latinoamérica.
Enero del 2022 se convirtió en un mes terrorífico para los periodistas, pues cuatro periodistas fueron asesinados en la región – uno por semana, y todos fueron ejecutados en México. Desde el 2011, México ha sido el país con más asesinatos de periodistas de los cuatro países mencionados, alcanzando un máximo de 20 ejecutados en el 2015. A medida que progresó el año, la situación se agravó, pues 8 de los 13 periodistas ejecutados en la región murieron en México. Se ha convertido en el país más mortífero para la prensa, registrando el mayor número de asesinatos a la prensa en un solo mes en los últimos 16 años. El caso de Lourdes Maldonado por ejemplo, periodista de Tijuana, causó bastante intranquilidad en la sociedad, pues ella se encontraba bajo el sistema de protección después de haberle manifestado a López Obrador su preocupación. Le había ganado un juicio al exgobernador de Baja California, y a las 7 semanas le pegaron un balazo en la cara.
México se está convirtiendo en un país donde estos asesinatos se están convirtiendo una rutina, lo cual llevó a que varios trabajadores de la prensa se hayan manifestado en varias ciudades en México para reclamar su seguridad y detener la violencia contra los periodistas. El 23 de agosto del 2022, en Acapulco se evidenciaron decenas de personas manifestándose en contra de la inseguridad de los periodistas, luego de que Fredid Roman, periodista que escribía una columna política, fuera asesinado con balazos. Su último artículo trataba sobre la desaparición de 43 estudiantes de la escuela Ayotzinapa en el 2014, y fue publicada el mismo lunes que fue asesinado en la plataforma de Facebook.
En octubre del 2022 se celebró el Festival Gabo en Bogotá, caracterizado por ser ‘la más grande fiesta del periodismo iberoamericano’, se rindió homenaje a los periodistas asesinados en Latinoamérica y Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa, evidenció que “En las últimas tres décadas desde que tenemos registro, [2022] es el año más letal para el periodismo en América Latina.” Cabe resaltar que, aunque los asesinatos son definitivamente el problema más violento que genera censura, existen otros ataques sistemáticos como condenas, violencia física, exilio y huidas de periodistas por su labor. Como comunicó Edith R Cachera, vicepresidenta de la ONG RSF, “En América Latina el periodista independiente que toca temas duros es una víctima de estrés postraumático en el 100% de los casos”.