El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha lanzado un mensaje alentador, de optimismo, ante el malo escenario económico que plantean los últimos datos conocidos. El PIB de México cayó un 0,1% en el último trimestre del año, según cifras preliminares, encadenando así dos periodos consecutivos con retrocesos. Esto indica que la recuperación tras la crisis por la pandemia se ha estancado. Sin embargo, el mandatario ha descartado que el país haya caído en una recesión y ha afirmado que espera tener un 2% de crecimiento anual en promedio durante el sexenio. “Soy optimista”, ha declarado.
México acumula una serie de malos datos económicos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló esta semana de forma preliminar que México creció un 5% el año pasado, insuficiente para recuperar el desplome del 8,2% de 2020. El dato, de confirmarse, es peor de lo previsto por la Secretaría de Hacienda, un 6,3%, y por el Banco de México, un 5,4%. Además, hay señales de que el rebote tras la reapertura se ha agotado. En los dos últimos trimestres de 2021, el PIB cayó un 0,4% y un 0,1%, lo que clasifica como recesión técnica en el argot económico.
Frente a los malos datos, López Obrador ha descartado que se pueda aplicar el término recesión. “No aplica su fórmula de que, si dos trimestres están a bajo de cero, ya con eso decreta la recesión. Creo que [la fórmula] se las enseñaron en el ITAM”. Además, ha atribuido la ralentización de la recuperación al auge de casos por la variante ómicron del coronavirus. “Eso nos impidió llegar al 6% de crecimiento en 2021”.
Sin embargo, la economía mexicana empezó a retroceder entre julio y septiembre, en el tercer trimestre, mucho antes de que se detectara ómicron, en noviembre en Sudáfrica. Más bien, el estancamiento de la segunda mitad de 2021 se puede atribuir a otros males derivados de la pandemia, como un consumo privado todavía alicaído y los problemas en las cadenas de suministro que han provocado una escasez mundial de ciertos insumos, entre ellos los microchips que requiere la industria automotriz. México cerró el año, además, con una inflación del 7,36%, la más alta en 21 años, lo que ha provocado la subida de tasas de interés por parte del Banco de México.
El presidente ha valorado la creación de empleo de enero y, sobre esa base, ha pronosticado tasas de crecimiento ambiciosas, del 5% para los próximos tres años. “Los expertos y especialistas han dado cuando mucho un 2,5%. Yo planteo un 5%. Tengo información y además soy optimista, quiero que nos vaya bien. Imagínense un gobernante pesimista, no, un 5%”, ha dicho, sin precisar cuál es la fuente de sus proyecciones. Espera lograr, afirma, un promedio de crecimiento anual del 2% en todo el sexenio.
Los pronósticos del mandatario contradicen prácticamente todas las predicciones de expertos y organismos nacionales e internacionales. Para 2022, su propia Secretaría de Hacienda estima un crecimiento del 4,1% y el Banco de México, uno del 3,2%. El Fondo Monetario Internacional, a su vez, recortó recientemente la proyección de un 4% a un 2,8%. Con estas estimaciones, México recuperaría sus niveles de actividad anteriores a la pandemia, como pronto, en 2023.
El economista José Luis de la Cruz defiende que para llegar al crecimiento planteado por López Obrador la inversión tendría que aumentar mucho y rápidamente, un escenario que ve poco probable a corto plazo. “La inversión total (pública y privada) tendría que pasar del 17% del PIB al 27%. El Gobierno no puede gastar tan rápido sin un proyecto que pase por el Congreso. Es la inversión privada la que debería llevar el peso”, señala. “Segundo, también depende de un sector exportador y este año se piensa que EE UU puede crecer menos”.
En cualquier caso, López Obrador ha asegurado que no hay que pensar solo en los datos del PIB. “Un Gobierno como el nuestro debe pensar en el crecimiento, pero también el bienestar”, ha dicho. Tampoco en ese campo los datos son favorables. La pobreza aumentó en 3,8 millones de personas de 2018 a 2020, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). México ha sido uno de los países emergentes que menos recursos ha destinado a responder a la crisis económica del coronavirus.