Miles de personas han salido a las calles francesas durante los últimos tres años para expresar su ira por el aumento de las desigualdades sociales y económicas. La indignación se centra ahora en nuevas leyes de seguridad más duras y los abusos policiales. A finales de noviembre se celebraron grandes manifestaciones en las principales ciudades de todo el país.
1. ¿Qué fue lo que provocó las últimas protestas?
Un artículo de un proyecto de ley de seguridad prohibiría publicar o difundir videos o fotos de la policía con la intención de causarles “daños físicos o psicológicos”. Los infractores podrían enfrentarse a un año de prisión. Los críticos dicen que esa disposición, conocida como Artículo 24, inhibiría la publicación de imágenes por parte de los periodistas y ciudadanos, eliminando una herramienta clave para que la policía rinda cuentas y exponga los abusos. Jean-Louis Debre, ex presidente del Consejo Constitucional, calificó de “absurdo” el Artículo 24, considerando que ya existen instrumentos legislativos para luchar contra la propagación del odio en Internet. Poco después del inicio de las protestas, se publicó un vídeo en el que se veía a agentes de policía pegando a un productor negro de música a la entrada de su estudio en París, lo cual incendio aún más las manifestaciones.
2. ¿Cómo respondió el gobierno?
Tres policías fueron acusados el 30 de noviembre, y dos de ellos fueron puestos bajo custodia mientras la investigación continúa. En una declaración en Facebook y Twitter, el presidente Emmanuel Macron dijo que los vídeos “avergonzaban” y condenó la violencia tanto de la policía como contra ella. Luego la mayoría del parlamento anunció que reescribiría completamente el artículo 24. El gobierno planea una “gran encuesta” en enero para medir el racismo y la discriminación en la sociedad francesa. También planea una plataforma nacional para informar sobre los incidentes de discriminación.
3. ¿Qué finalidad tiene la legislación?
El número de oficiales heridos en servicio y víctimas de la violencia se ha duplicado en los últimos 15 años; sólo en las últimas protestas, 98 oficiales resultaron heridos, según cifras del gobierno. El ministro del Interior, Gerald Darmanin, suele citar el apuñalamiento mortal en 2016 de un agente de policía y su pareja delante de su hijo pequeño por parte de un yihadista como ejemplo de los peligros a los que se enfrentan los agentes del orden. Macron también está renovando su enfoque en el mantenimiento del orden público mientras se acerca a los votantes conservadores tradicionales antes de las elecciones presidenciales de 2022. Fue un grupo de legisladores del propio partido de Macron el que impulsó la legislación, pero durante la primera lectura en el parlamento, 10 diputados del partido del presidente votaron en contra y 30 se abstuvieron. El proyecto de ley fue aprobado por una gran mayoría.
4. ¿Qué pasa ahora?
El gobierno de Macron ha tratado de mantener la línea frente a las críticas de la sociedad civil y los manifestantes. Las autoridades reconocen las deficiencias, pero insisten en que la violencia sistémica no existe dentro de la fuerza policial. Otras disposiciones del proyecto de ley de seguridad que han causado alarma ampliarían los poderes de la policía dándole acceso a las cámaras de seguridad y concediéndole el derecho a desplegar aviones teledirigidos equipados con tecnología de reconocimiento facial para vigilar las manifestaciones públicas. Los opositores dicen que la libertad de reunión y la privacidad de los datos están en peligro. Otra ley, la llamada ley de separatismo, tiene por objeto luchar contra las organizaciones y los individuos que amenazan la unidad y los valores seculares de la República Francesa. Pero grupos como Human Rights Watch han expresado su preocupación de que las acciones que el gobierno dice que están destinadas a contrarrestar el islam radical podrían alimentar la islamofobia.
5. ¿Han incrementado las protestas bajo Macron?
Según el Ministerio del Interior, las protestas de Macron no han atraído a tanta gente como las de otros presidentes. Macron llegó al poder en mayo de 2017 con la promesa de reformar radicalmente el país. Eso causó un gran revuelo en una nación donde los ciudadanos son conocidos por salir a las calles a expresar su ira. Después de que Macron asumió el cargo, uno de los mayores sindicatos se manifestó en contra de su planeada revisión de las leyes laborales. El año siguiente trajo las protestas del Chaleco Amarillo desencadenadas por un aumento de impuestos sobre el combustible. Las protestas a veces se volvieron violentas. En diciembre de 2019, las huelgas y las protestas paralizaron a París mientras Macron intentaba impulsar la reforma de sus pensiones. Algunas manifestaciones en demanda de justicia racial siguieron al asesinato del estadounidense George Floyd a manos de agentes de policía en Minneapolis.