Chile atraviesa el peor momento de la pandemia, con más de 8.000 contagios diarios en los últimos días y con récord de ocupación de las UCI, pese a que el 45% de la población, siete de los 19 millones de habitantes, ha recibido al menos una dosis de la vacuna, según los últimos datos facilitados por el ministro de Salud, Enrique Paris. La presente oleada ha sido superior al pico de la primera, registrado en junio, y se ha escalado hasta esas cifras mucho más rápidamente. La excesiva confianza de los ciudadanos, derivada precisamente de la rápida campaña de vacunación, y que esta arrancase cuando las nuevas variantes ya estaban presentes en el país se apuntan como causas del aumento de casos.
En esta nueva ola de la pandemia se ha sobrepasado el máximo de casos diarios registrados, registrado el pasado 14 de junio con 6.938 contagiados en una jornada. El pasado viernes se llegó a 8.112, un nuevo récord, si bien también se ha batido récord en el número de pruebas realizadas: de alrededor de 20.000 en aquella fecha a 73.000 el viernes. “Pero el año pasado tardamos tres meses en subir el cerro y ahora llegamos a lo mismo, incluso más arriba, en apenas un mes”, analiza Gabriel Cavada, bioestadístico en la Escuela de la Salud Pública de la Universidad de Chile. “Lo estamos subiendo demasiado rápido, tres veces más, según los gráficos”, añade.
Según diversos expertos, la información no ha llegado claramente a la población y critican al Gobierno de Sebastián Piñera por situar el riesgo incorrectamente y por el triunfalismo por el proceso de vacunación. “Se han resaltado solo los aspectos positivos de la campaña y no los peligros que se mantienen”, analiza el médico Mauricio Canals, miembro de la plataforma ICOVID, una iniciativa liderada por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción basándose en los datos oficiales. Además, enumera los factores que habrían provocado la nueva ola. “Después del verano, en marzo se iniciaron las actividades prácticamente sin ninguna restricción. Las cuarentenas nunca fueron efectivas, la movilidad poblacional aumentó considerablemente”. Con la apertura de los colegios y los centros comerciales, a su juicio, se entregó un mensaje equivocado a la ciudadanía.
Piñera, que ha visto cómo la aprobación de su gestión de la pandemia ha caído 20 puntos, hasta el 38%, en cinco semanas, rechaza las críticas. “Nunca hemos subestimado esta pandemia”, dijo el mandatario en el inicio de la campaña anual contra la gripe. “Siempre hemos pedido cumplir a nuestros compatriotas los cuidados personales”, agregó el presidente, que hizo mención a que cerca de 15 millones de chilenos hoy en día se encuentran cumpliendo una cuarentena.
Sin camas UCI
El Ejecutivo chileno logró abastecerse de vacunas como ningún otro país de la región y, gracias a su fuerte sistema de salud primaria, ha podido desplegar una campaña veloz y de las más exitosas del mundo. Pero no ha podido parar los contagios: en 13 meses, superan el millón y actualmente hay 2.883 ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos, el máximo en la pandemia, con solo 164 camas críticas disponibles a nivel nacional. Al exceso de confianza se añaden otros factores, como la baja trazabilidad: la mitad de los contagiados pasa más de tres días libremente antes de que se llegue a conocer al caso por las autoridades. “Además, no se han hecho las intervenciones antes de que ocurran los fenómenos. ¿De qué sirve el cierre de fronteras si ya las variantes están dentro? Prácticamente ya no tiene sentido”, asegura Canals.
Este médico añade que el proceso de vacunación, aunque ha sido rápido, no llegó a tiempo para producir efectos sobre el nuevo brote de la covid-19 en Chile. El inicio de la vacunación masiva fue el 3 de febrero y la segunda dosis arrancó el 3 de marzo. Solo 15 días después —el 18 de marzo—, se alcanzó algún grado de inmunidad para los grupos mayores de 70 años y algo para los mayores de 60. “El estado inmunitario, por lo tanto, no ha llegado a cubrir a la población que está transmitiendo la enfermedad, que está entre los 30 y 60 años. Es un grupo que recién en estos días están empezando a tener un poquito de inmunidad”, explica Canals.
Enfermos cada vez más jóvenes
Eso sí, por efecto de la vacuna ha ido variando la edad de las personas que ocupan las camas UCI. Hoy en día, de acuerdo a los datos oficiales, hay más hospitalizados de entre 40 y 49 años (469), que mayores de 70 (378). Estos últimos superan por poco a los más jóvenes (359 ingresados menores de 39 años). Pero la letalidad no ha bajado y se mantiene en un 2,4%. Lo que ha ocurrido en Chile es que la covid-19 ha empezado a buscar víctimas en otros grupos. Hace un mes, por ejemplo, alrededor de un 80% de los fallecidos era mayor de los 70 años, pero esa cifra ha ido bajando. “Lo que es tremendamente preocupante, entonces, es que el componente de letalidad en los menores de 60 años ha ido creciendo”, asegura Cavada. Este hecho amenaza con hacer colapsar la ocupación hospitalaria: “A diferencia de la primera ola de 2020, al ingresar a la UCI gente más joven con cursos graves de la enfermedad, pasan mayor tiempo en la cama compleja y el ventilador”.
El médico Canals tiene “la esperanza que de ahora debería quebrarse la curva” de letalidad: “Tenemos un 15% de la población con inmunidad real y con aumento importante”. Lo alientan algunas señales, como la disminución en las UCI de enfermos mayores de 70 años e incluso de 60. “Esto sugiere que se estaría iniciando el efecto de las vacunas”, asegura el académico.
Pero es un panorama incierto. Las proyecciones del bioestadístico Cavada hablan de un espacio de crecimiento para otros 300.000 contagios, un 1,3 millón en total. Sobre el tiempo en que se producirían estas infecciones, explica: “Como subimos este cerro demasiado rápido, mi esperanza es que la baja sea rápida. Pero no tengo evidencia para asegurarlo”.
Sobre la cifra de muertes, tampoco es optimista. Chile ha confirmado 23.677 fallecidos —confirmados con PCR— en toda la pandemia, pero el Ministerio de Salud cifra en 31.151 las muertes probables —sin prueba confirmatoria—. “En un escenario aciago, solo los confirmados con PCR podrían llegar a una cifra entre los 30.000 a los 35.000”, explica el epidemiólogo, mientras que los probables “podrían llegar a unos 45.000”. Es decir, casi un tercio más de muertos. Cavada explica que no existe claridad sobre el tiempo en que podría producirse este proceso, aunque se inclina por “los próximos dos meses, dada la velocidad de los contagios”. “Preferiría que este tránsito sea lento y menos doloroso, pero estimo que será rápido y cruel”, asegura. Considerando que a finales de julio se podría haber vacunado a la población pediátrica, entre los cinco y 15 años, solo se alcanzaría la inmunidad de rebaño a finales de 2021, es decir, en ocho meses más.