El otrora poderoso líder petrolero Carlos Romero Deschamps parece escabullirse de la justicia. Desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al poder, en diciembre de 2018, la Fiscalía General de la República (FGR) ha abierto al menos 12 indagatorias contra el sindicalista, de 77 años, sin que haya logrado llevar ante el juez ninguno de los casos. Nueve de ellos ya fueron archivados y solo tres continúan en investigación, según información otorgada por la FGR vía transparencia. Aunque en una de las pesquisas —la que presenta el mayor avance— se señalan una serie de depósitos, transferencias y compras de propiedades en el extranjero que no tienen justificación y apuntan a esquemas de lavado de dinero, hasta el momento no se ha logrado concretar ninguna orden de captura, según confirmaron fuentes judiciales.
La mayoría de las investigaciones parten de acusaciones de una decena de grupos disidentes a la gestión de Romero Deschamps en el sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex) y otras dos se originaron tras las denuncias puestas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que dirige Santiago Nieto. Las tres carpetas de investigación que la FGR mantiene en trámite están a cargo de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción y los delitos que se investigan apuntan a fraude, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. En los expedientes que ya fueron desestimados se indagaba remuneración ilícita, peculado, tráfico de influencias, operaciones inexistentes, operaciones perjudiciales al patrimonio de terceros, usurpación de funciones y ejercicio ilícito del servicio público.
Las indagatorias que han logrado un mayor avance son las que se iniciaron tras las denuncias de la UIF, donde se revela un esquema de triangulación de recursos que incluye empresas fachada y transferencias internacionales por parte del líder petrolero en contubernio con su esposa, hermana, hijos, sobrinos y otros miembros de su familia política. En una de ellas se señala que el sindicalista tuvo depósitos por 111 millones de pesos y retiros por 81 millones entre junio de 2011 y marzo de 2017, según los reportes a los que tuvo acceso Inteligencia Financiera. Estos movimientos contrastan con los ingresos que obtuvo en los últimos años como legislador del PRI y empleado de Pemex: alrededor de 1,5 millones de pesos al año. Consultado para este reportaje, Romero Deschamps, a través de una persona cercana a él, declinó responder a los comentarios “hasta que su situación jurídica esté resuelta, respetando el debido proceso”.
Alejandro Romero Durán, uno de los hijos del sindicalista, presentó en sus cuentas bancarias depósitos de 108 millones de pesos entre 2012 y 2017. Además, en agosto de 2018 recibió un préstamo de cinco millones de la Sección 34 del sindicato petrolero, pese a que no está registrado como empleado. En las cuentas de Romero Durán, quien dice ser empresario y piloto, se identificaron recursos provenientes de la empresa Aeromonky, que declaró ingresos por 144 millones de pesos entre 2013 y 2017, pero que podría ser una compañía que simula sus operaciones, según la documentación a la que se tuvo acceso. El hijo del político priista también es accionista de Aeromonky Service Center y Odis Asversa. Estas firmas con “nula rentabilidad” están bajo la mira de las autoridades porque comparten características que apuntan a negocios fachada.
José Carlos Romero Durán, otro de los hijos, también registró depósitos y retiros en sus cuentas que resultaron sospechosos para las autoridades. En la indagatoria se le identifica como accionista de dos empresas, que han presentado sus declaraciones fiscales en cero, pese haber recibido jugosas transferencias. Los movimientos de Paulina Romero Durán, la tercera hija del sindicalista, también están en la mira de las autoridades. Tan solo en una de sus tarjetas se encontraron consumos por más de 31 millones de pesos entre 2017 y 2018 que no se pueden justificar con sus ingresos reportados. Entre sus gastos registra compras de alfombras en Turquía por más de 2,5 millones de pesos y pagos de seguros marítimos, posiblemente para un yate del que es propietaria. Este periódico trató de buscar la versión de Romero Deschamps y sus hijos para este reportaje, sin obtenerla. Una persona del entorno próximo aseguró: “Hasta que su situación jurídica esté resuelta podrá estar en posibilidades de fijar posición, respetando el debido proceso”.
Romero Deschamps es uno de los personajes más relevantes de la historia política y sindical del México reciente. Durante años los medios mexicanos exhibieron su vida ostentosa: viajes, yates, relojes finos y autos de lujo, mientras que fuera de los focos lograba pactar con el presidente en turno. Durante más de dos décadas condujo en total opacidad las riendas del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), uno de los que más dinero recibe en América Latina. En los Gobiernos de Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), las investigaciones que hubo en su contra por cohecho, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, nunca avanzaron. Las últimas dos pesquisas que lograron llegar a manos de un juez quedaron archivadas en el sexenio anterior porque la Fiscalía no presentó suficientes pruebas y el expediente quedó olvidado.
Los grupos opositores a Romero Deschamps que durante décadas se han encargado de denunciar sus tropelías vieron en la llegada de López Obrador un halo de esperanza para que sus reclamos fueran investigados y por fin se les hiciera justicia. Con la llegada del nuevo mandatario a la presidencia, varios de ellos pusieron nuevas denuncias, que después de dos años siguen estancadas. Diversos disidentes entrevistados para este reportaje coinciden en que las indagatorias están demoradas y hacen un llamado a la Fiscalía para que gire órdenes de captura contra el político priista.
Las autoridades investigan la ruta del dinero en las cuentas de otros familiares, ya que algunos aparecen como administradores de empresas que han adquirido costosas propiedades en Miami. Uno de los hijos realizó transferencias internacionales por más de un millón de dólares a una compañía y esta a su vez devolvió los recursos a una cuenta ligada a la esposa del líder sindical. Las pesquisas de la UIF también apuntan a una empresa extranjera con domicilio en las Islas Caimán y con cuentas en Estados Unidos, que ha recibido dinero de casas de cambio y particulares. Una vez que recibe los ingresos estos son enviados a cuentas de inversión y desde ahí se dispersan a las cuentas de uno de los hijos y de ahí a las de Romero Deschamps.
El órgano de inteligencia financiera descubrió que el sindicato petrolero recibió transferencias por medio del sistema de pagos electrónicos interbancarios de la Compañía Administradora Integral de Bienes Muebles e Inmuebles de la Sección 29 que sumaron 117 millones de pesos. Esta empresa, ubicada en una localidad de Tabasco, tuvo ingresos acumulados por 717 millones de pesos, de los cuales pudo deducir 583 millones y pagó impuestos por 66 millones. Las autoridades tienen sospechas de que simula sus ingresos, ya que no se pudieron localizar a sus supuestos proveedores y tampoco se encontró registro del pago de salarios. Además, no se halló información financiera de ella y ante el SAT registró como actividad el transporte escolar, giro distinto al reportado en sus ingresos y deducciones.
A través de estos envíos electrónicos interbancarios, las autoridades detectaron que se realizó una triangulación de recursos que pasaron por diversas cuentas del sindicato. Se encontraron retiros de una de las cuentas principales de la agrupación petrolera a otras del mismo sindicato, así como transferencias millonarias a diversos fideicomisos. Posteriormente el dinero era enviado a cientos de personas físicas. También se investiga la participación de una mujer que fungió como prestanombres del líder petrolero para recibir 4,3 millones de pesos que provenían de propietarios de gasolineras. Esta persona, identificada como ama de casa, en 2017 adquirió un inmueble por 10 millones de pesos en Polanco.