Cada vez que pienso en la prosa de Joan Didion, mi mente inevitablemente viaja a un solitario cactus emplazado en el medio de un desierto californiano que nunca visité. Un bioma completamente ajeno a su natal Sacramento, una ciudad ubicada a 2 horas por carretera de San Francisco que yace en el antes húmedo y fértil valle de Sacramento que hoy, tras una serie interminable de sequías, ya evidencia una triste falda de verdor.
Quizá por la agudeza de su prosa, filosa y concisa como una espina, y la liquidez y la abundancia que se esconde a su interno; o tal vez por su resiliencia a las peores ausencias, a las más grandes tragedias, a las más largas de las tristezas, es que mi imaginación crea esta imagen de Didion, la escritora, ensayista, periodista, cronista y guionista estadounidense, como un cactus. Su pluma, que retrató con más precisión que otra la California de su época y describió, con una irresistible elusividad, el letargo del duelo, es el sujeto y objeto de los tres libros recomendados de esta semana.
The Year of Magical Thinking (2005)
La obra más famosa de Joan Didion y la que la convirtió en una estrella tras su adaptación al teatro, The Year of Magical Thinking hace uso de una prosa elegante, tentativa y en ocasiones cómica para relatar el año que siguió a la muerte de su esposo, el guionista, periodista y novelista John Gregory Dunne, el 30 de diciembre de 2003. Esta pieza, en la que la escritora se embarca en un análisis minucioso, casi clínico, de los hechos con la finalidad de comprender su duelo (“leer, aprender, trabajarlo, acudir a la literatura. La información es control”) es, además de un refugio y un lenguaje para los que transitan el mismo proceso, una prueba fehaciente de la naturaleza misma de su autora.
Para Didion, la escritura es una reacción automática e inevitable, una maldición y un consuelo. “He sido escritora toda mi vida. Como escritora, incluso de niña, mucho antes de que empezara a publicar lo que escribía, siempre tuve la sensación de que el significado radicaba en el ritmo de las palabras, las frases, los párrafos, una técnica para contener lo que pensaba o creía tras un refinamiento cada vez más impenetrable. Soy o he llegado a ser la forma en la que escribo”, narra en estas páginas. Como en el Génesis, “del polvo vienes y al polvo volverás, The Year of Magical Thinking se convierte en la más final de las sentencias, la más feliz de las tragedias, producto de la inexorable necesidad de escribir.
South and West: From a Notebook (2017)
Un acotado y áspero libro que reúne las anotaciones del viaje que Joan Didion hizo junto a su marido, John Gregory Dunne, por el sur de los Estados Unidos en junio de 1970. Dividido en dos, la primera parte sobre su paso por Misisipi, Alabama y Luisiana y la segunda sobre California, se trata de una de las obras de esta escritora que mayor sentido cobra en el escenario cultural y político actual.
Una revisión de las regiones postergadas del sur profundo que muestra, a través de una lectura de aquel cotidiano que construye y perpetúa la retrógrada idiosincrasia sureña, el material del que se compone su prosa. Considerada la obra más reveladora de esta autora por la dureza con la que se exprime sobre la insularidad somnolienta de un territorio casi ajeno al mundo en el que había nacido; la crudeza de las palabras que, en un principio, fueron escritas solo para sus ojos; y el sufrimiento tangible pero soportable de la travesía.
Para muchos, la mirada de Didion sobre la realidad del sur se encuentra más vigente que nunca. Es por ello que South and West es retomado, al día de hoy, como un recurso fundamental para poner en palabras el espíritu que todavía vaga por esos territorios y los mantiene congelados en el tiempo. Esta obra, la más encrespada de todas sus producciones, exhibe sin velos ni tapujos, el rigor que se halla en el centro de su escritura.
Let Me Tell You What I Mean (2021)
Esta colección de doce piezas escritas entre 1968 y los años 2000 es, además de un collage de tópicos de lo más dispares que van desde una lectura del estilo de Hemingway a la crónica de una reunión de Ludópatas Anónimos, una potente exhibición del Nuevo Periodismo, llamado también género de no ficción, que nació en los sesenta en Estados Unidos.
Célebre por la fama de algunos de sus impulsores como Truman Capote, Normal Mailer y Hunter S. Thompson, este movimiento pregonaba la libertad de incorporar el elemento del relato, las emociones y las sensaciones en el reportaje periodístico. Así fue como los cronistas, desencadenados e inspirados, en una primera instancia, por el boom latinoamericano, comenzaron a usar la primera persona, violando el primer mandamiento de la forma de transmitir noticias.
Didion, con un minimalismo conciso, se inscribe en este movimiento desde un lugar pudoroso y desapegado, desdibujándose a tal punto que sus propios recuerdos y asociaciones se entreveran con el relato. Maldita por el ineludible don y destino de la palabra (“mi única ventaja como periodista es que soy tan pequeña físicamente, tan temperamentalmente molesta y tan neuróticamente incapaz de expresarme que la gente tiende a olvidar que mi presencia en un lugar suele ir en contra de sus propios intereses”, expresó en su libro de 1968 Slouching Towards Bethlehem), la autora renegaba de su condición. En Last Words, un ensayo de 1998 que aparece casi al final de Let Me Tell You What I Mean, escribió: “La peculiaridad de ser un escritor es que la empresa entera involucra la humillación mortal de ver las propias palabras impresas”.