Desde que China puso fin a su política de “Covid-Zero” a finales del mes pasado, sus hospitales se han visto desbordados por el número de casos. Pero a medida que aumenta la preocupación por la amenaza de nuevas variantes, Pekín ha recibido críticas de organismos sanitarios internacionales por su falta de transparencia sobre la prevalencia del virus en el país.
Al menos 15 países han introducido pruebas Covid obligatorias para los viajeros procedentes de China, sobre todo para garantizar que no queden variantes peligrosas sin detectar. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, por ejemplo, ha pedido a los hospitales que secuencien todas las muestras víricas de pacientes llegados de China hospitalizados con Covid.
Pero, ¿es probable que el aumento de las tasas de infección dé lugar a variantes potentes procedentes de China o de otros países con un elevado número de casos en la actualidad, como Estados Unidos? Muchos epidemiólogos consideran que las probabilidades son bajas, aunque les sigue preocupando que la falta de transparencia en algunos países pueda dificultar la detección.
¿Qué sabemos de las variantes en China?
Gisaid, el repositorio mundial de genomas que permite a los científicos seguir el rastro de los coronavirus a medida que mutan, declaró el martes que las muestras cargadas en su base de datos “se parecen todas mucho a las variantes conocidas que circulan a nivel mundial y que se observaron en distintas partes del mundo entre julio y diciembre”.
Los datos presentados a la Organización Mundial de la Salud, cuyo análisis se publicó el miércoles, llegaron a una conclusión similar. “No se observa ninguna nueva variante o mutación de importancia conocida en los datos de secuencias disponibles públicamente”, afirmó el organismo sanitario.
Peter Bogner, director ejecutivo de Gisaid, afirmó que era “un grave error” centrarse únicamente en adquirir datos puntuales de China, porque “en cualquier parte del mundo pueden aparecer nuevas variantes de importancia”.
“[Pero] China está intensificando activamente sus esfuerzos para poner a disposición más datos sobre las variantes circulantes, por lo que nuestra lente de vigilancia en Asia es cada día más nítida. Por tanto, sería aconsejable confiar en la ciencia por encima de la política”.
¿Por qué se imponen restricciones a los pasajeros procedentes de China?
Las autoridades sanitarias occidentales afirman en privado que los controles a los viajeros se han introducido sobre todo para evitar que posibles variantes se propaguen sin ser detectadas, pero que las medidas actuales no están justificadas por ninguna amenaza existente. Un alto funcionario europeo, que no quiso dar su nombre, dijo que se trataba de una decisión “política”, citando a “gobiernos que quieren que se les vea protegiendo a su propia gente”.
China fue criticada en los primeros momentos de la pandemia por su reticencia a publicar los datos de Covid, lo que puede haber hecho que los funcionarios occidentales desconfíen del enfoque de Pekín, según funcionarios familiarizados con el pensamiento de las capitales europeas. A su vez, la estricta política de Pekín de cero Covid durante la mayor parte de los últimos tres años hace que las restricciones a las llegadas desde China sean políticamente más aceptables, añaden.
Las “intensas” tasas de transmisión actuales hacen “comprensible” que los países estén tomando medidas para proteger a sus ciudadanos, declaró la OMS el miércoles. Además, los 13 millones de casos notificados a la OMS en el último mes se consideraban una “subestimación”, señaló el organismo sanitario con sede en Ginebra.
Mike Ryan, jefe del programa de emergencias de la OMS, afirmó que algunos países habían optado por la cautela como protección frente a nuevas variantes en medio de una relativa falta de datos, y añadió que “sería mucho mejor si tuviéramos una secuenciación mucho más amplia”.
¿De dónde proceden las nuevas variantes?
Los virus sufren inevitablemente mutaciones genéticas al reproducirse en sus huéspedes. Algunas variantes prosperan porque se propagan más fácilmente entre las personas que las cepas existentes, superando sus defensas inmunitarias y adhiriéndose más eficazmente a las células humanas.
Existen teorías contrapuestas sobre el origen exacto de las nuevas variantes, ya que es imposible identificar al verdadero paciente cero, el primer portador del virus.
La opinión más extendida entre los virólogos es que las variantes más significativas son el resultado de una infección crónica en una persona inmunodeprimida que no puede eliminar el virus durante varios meses, lo que da tiempo a que se desarrollen una serie de mutaciones.
Las variantes que prosperen dependerán de los niveles de inmunidad de la población, determinados por las tasas de infección o vacunación previas. Las cepas de Omicron, la variante dominante en muchos países desde finales de 2021, que ahora están irrumpiendo en China pueden no estar mejor adaptadas para transmitirse a través de poblaciones europeas o americanas con perfiles inmunitarios diferentes.
¿Qué variantes se propagan más allá de China?
Los variantes de Omicron dominan la transmisión en todo el mundo. El virus Sars-Cov-2 original y las variantes predecesoras de Omicron, denotadas oficialmente con letras griegas, están casi extinguidas. La subvariante de Omicron que más preocupa a los virólogos es XBB.1.5, que parece haberse originado en el noreste de EE.UU. en octubre y se está extendiendo rápidamente por todo el país.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, XBB.1.5 fue responsable del 40% de los casos registrados en EE.UU. durante la última semana de diciembre. El XBB.1.5 está aumentando en Europa y se ha identificado en más de 25 países, según informó el miércoles la OMS.
Según Ryan Gregory, biólogo evolutivo de la Universidad canadiense de Guelph, el XBB.1.5 recibe el nombre informal de Kraken, en honor al monstruo marino mitológico, uno de los apodos que los científicos le han puesto “para ayudar a la gente a seguir la pista de la creciente sopa de variantes”. “Ahora hay más de 650 subvariantes de Omicron”.
Kraken desciende de XBB o Gryphon, a su vez un híbrido de dos descendientes de Omicron BA.2. Una mutación clave permite al XBB.1.5 transmitirse rápidamente entre personas al eludir los anticuerpos conferidos por una infección o vacunación previas, al tiempo que se adhiere con mayor fuerza a las células humanas.
“Aunque todavía queda mucho por aprender sobre esta variante, no tiene el aspecto de una ‘scariant'”, afirma Eric Topol, catedrático de medicina molecular del Scripps Research de California, refiriéndose al término acuñado por él para las cepas que suenan aterradoras pero no son realmente peligrosas. “Ésta es de verdad y apostamos por nuestro muro de inmunidad de infecciones, vacunas, refuerzos y sus combinaciones para ayudar a resistir su impacto”, añadió.