Dados los niveles actuales de desigualdad y movilidad intergeneracional de los ingresos, el hijo de una familia pobre tardaría al menos cinco generaciones en alcanzar el nivel medio de ingresos, en promedio en los países de la OCDE.
Esta cifra oscila entre dos o tres generaciones en los países nórdicos y nueve o más generaciones en algunas economías emergentes. Uno de cada tres niños con un progenitor de bajos ingresos también tendrá una renta baja, mientras que para la mayoría de los otros dos tercios, la movilidad ascendente se limita al siguiente nivel de ingresos.
La movilidad salarial fue una realidad para muchas personas nacidas entre 1955 y 1975 de padres con bajo nivel educativo, pero se estancó para los que nacieron después de 1975.
“Demasiada gente siente que se está quedando atrás y que sus hijos tienen pocas oportunidades de salir adelante”, afirmó Gabriela Ramos, exdirectora del Gabinete de la OCDE y Sherpa del G20, que también supervisa la Iniciativa de Crecimiento Inclusivo de la OCDE. “Tenemos que garantizar que todo el mundo tenga la oportunidad de salir adelante, especialmente los más desfavorecidos, y que el crecimiento sea realmente inclusivo.”
Ramos añadió que no sólo el nivel de ingresos influye en la movilidad social, sino también la educación de los padres, el barrio en el que viven, las redes sociales, la calidad de las escuelas y los maestros a los que tienen acceso, y la capacidad de los padres para guiar a sus hijos y transmitirles habilidades no cognitivas como la disciplina y la autoestima.
Reiteró también que la reforma educativa debe de seguir en el país para segur evaluando a los profesores, asimismo que se debe invertir en la educación y en los servicios de salud.
Entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México y Colombia son aquellos en los que un niño que nace pobre tarda hasta 11 generaciones en alcanzar el nivel medio de ingresos de la nación.
En México, el ingreso del 10 por ciento más rico de la población es 20 veces mayor que el del 10 por ciento más bajo de la población.
“Si naces pobre, quieres vivir en el Norte. Los hijos de los que viven en el sureste seguirán igual. La movilidad sólo ha aumentado un 3% en 30 años”, dijo Roberto Vélez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinoza Yglesias, en la presentación del informe Ascensor Social Roto de la organización internacional.
Para romper este círculo vicioso de la pobreza, es necesario seguir mejorando el acceso y la calidad de los servicios sociales, sobre todo en las zonas desfavorecidas, y mejorar la calidad de las escuelas para dotar a los estudiantes de las competencias necesarias para el mercado laboral, especialmente entre los jóvenes.
El director de la OCDE en México recomendó seguir revisando las políticas públicas para que los beneficiarios puedan acceder a los programas sociales, simplificar los trámites administrativos, aumentar la recaudación de impuestos e invertir estos recursos en mejorar la calidad de la educación y los servicios de salud pública. “Solo el 3% de las empresas multinacionales en el mundo pagan impuestos”, declaró.