El turismo de vacunas es un fenómeno derivado de la pandemia de coronavirus que hoy en día ha cobrado la vida de más de 3,3 millones de personas alrededor del mundo. Estados Unidos se ha convertido en un oasis para algunos países latinoamericanos donde el proceso de vacunación es lento o simplemente incierto. Ante las dudas y la espera, grupos de personas han empezado a viajar al país del norte con el único objetivo de recibir la o las dosis del inmunizante. El “turismo vacunal” es posible porque algunos Estados, ante la sobreoferta de vacunas, han emprendido la inoculación a no residentes sin importar su situación legal dentro del país.
La apertura pública de inmunización contra la covid-19 para extranjeros está considerada para todos aquellos que ya se encuentran dentro del país norteamericano, y que no tienen la forma de regresar a sus países de origen. No obstante, este boquete no solo ha permitido recibir la inyección a foráneos, legales o no, que radican en los Estados Unidos, sino que ha incitado a nuevos viajeros, so pretexto de visita vacacional, a hacer la travesía para formarse por una vacuna.
De acuerdo con el portal Travel Off Path, en algunos Estados la oferta es mayor a la demanda, por lo que gobiernos locales han comenzado a distribuir la vacuna a través de supermercados o tiendas de autoservicio como Wal-Mart, Safeway y Costco, en donde solo hay que registrarse por teléfono o en línea para solicitar una cita en la sucursal deseada. Pese a que estas cadenas se encuentran en todo el país, no en todas las entidades estadounidenses se aplican las vacunas a personas no residentes. Lo mismo ocurre con las farmacéuticas Walgreens y CVS. A esta última recibió a inicios de año 250.000 dosis como parte de una asociación con el Gobierno federal.
Según el mismo sitio web, los Estados que están inmunizando sin comprobar residencia legal son Arizona, Luisiana, Texas, Alabama, California, Colorado, Indiana, Iowa, Michigan, Nevada, Nuevo México, Ohio, Carolina del Sur, Tennessee, Virginia y Florida. El Gobierno de Nueva York, que en principio había recibido quejas por parte de residentes que se oponían a esta medida, también ha abierto una lista de ubicaciones donde los turistas pueden programar una cita para recibir la vacuna. La única condición, en todos los casos, es que se demuestre, a través de una identificación, tener el mínimo de edad de 16 años al momento de recibir la dosis. Antes de hacer una cita, es necesario comprobar de qué laboratorio hay vacunas en existencia en cada Estado, ya que por lo general se están aplicando las de Moderna, Pfizer (dos dosis en ambos casos) y Johnson & Johnson (dosis única).
Texas, Luisiana y Arizona han sido de los estados pioneros en ofrecer el excedente de inyecciones, ya que desde finales de marzo han invitado a la población no residente a solicitar una cita de vacunación. El Departamento de Salud Pública de Colorado, además de reiterar que no es necesario ser ciudadano ni tener residencia legal para obtener la vacuna gratuita contra el Covid, asegura que no compartirán información con fines legales o de inmigración.
A raíz de la posibilidad de inocularse dentro de los Estados Unidos, muchas agencias de viaje han comenzado a comercializar paquetes turísticos que incluyen la inmunización, vuelos redondos, alojamiento, alquiler de auto y hasta seguro de viaje, desde 1.000 dólares (820 euros), según el destino. La ventaja legal, para quienes se encuentran como extranjeros en Estados Unidos, es que el tipo de visado B1 y B2, para no inmigrantes, no implica que el interesado en vacunarse no pueda hacerlo dentro del país, por lo que recibir la vacuna no es ilegal.