El óptimo desempeño económico de México en el tercer trimestre del año ha dado un respiro al Gobierno de Sheinbaum. Después de meses de desaceleración, de julio a septiembre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 1,5% a tasa interanual y 1% respecto al trimestre anterior, según los datos oficiales.
Pese a este balón de oxígeno, los nubarrones en el horizonte rumbo al último tramo del año persisten. La volatilidad en el tipo de cambio por las próximas elecciones en Estados Unidos, el nerviosismo interno por la implementación de las reformas estructurales, la abultada deuda de la petrolera estatal, Pemex, y una deuda pública al alza, que ya equivale al 49,3% del PIB, serán algunos de los factores que pondrán a prueba la resiliencia económica del país.
En la primera conferencia de prensa del equipo de Hacienda de este Gobierno, los funcionarios se han mostrado optimistas tras conocer el alza del 1,5% del PIB al tercer trimestre, superando las expectativas del mercado. “Los datos que recién salieron fueron bastantes sólidos, bastante buenos, hay una recuperación después de unos trimestres de lentitud en la expansión”, declaró este miércoles Edgar Amador Zamora, subsecretario de Hacienda. Aunque el funcionario declinó a hacer algún pronóstico sobre el crecimiento económico del país a cierre del 2024, descartó la posibilidad de una recesión económica en el país en el corto o mediano plazo.
Cuestionado sobre el impacto que la implementación de las reformas constitucionales tendrán sobre la economía, Amador Zamora minimizó sus efectos y enfatizó otros componentes al alza en el PIB, por ejemplo, las manufacturas y exportaciones. “Contar con estos indicadores de finanzas públicas sanas, sostenibles, una deuda pública con niveles aceptables en comparación con el conjunto de países con nivel de desarrollo similar al nuestro”, declaró en la conferencia de prensa de este miércoles.
Rodrigo Mariscal, titular de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda, aseguró que ellos ya esperaban un alza durante el tercer trimestre del año por una disipación en los choques de oferta, mismos que habían producido un ajuste a la baja durante el primer semestre del año. Hacienda detalló que entre julio y septiembre, las operaciones de financiamiento permitieron al Gobierno cubrir sus necesidades financieras con un costo y un riesgo acotados, además de mejorar el perfil de vencimientos de la deuda.
Pese al optimismo de los nuevos funcionarios de Hacienda, el desbalance entre ingresos y egresos persiste y la deuda pública va al alza. De enero a septiembre, los ingresos ascendieron a 5,6 billones de pesos, un incremento del 3,3 % en comparación del mismo periodo del año pasado. Una subida que Hacienda explica por una mayor recaudación tributaria. Por el lado del gasto, durante los primeros nueve meses del año se desembolsaron 6,7 billones de pesos, un aumento interanual del 9%. El gasto programable, destinado a proveer bienes y servicios a la población, rebasó los 4,8 billones de pesos, lo que supone un crecimiento anual de 10,3%.
A septiembre de este año, este endeudamiento ascendió a 16,7 billones de pesos, un alza del 10% respecto al mismo periodo de 2023 y fue equivalente al 49,3% del PIB. Mariscal detalló que en el próximo Paquete Económico 2025 —a presentarse el próximo 15 de noviembre— se van a actualizar las proyecciones del nivel de la deuda como proporción del PIB. “Esperamos tener las variables nominales en línea con lo que aprobamos en las metas fiscales que nos aprobó el Congreso. Los datos a septiembre nos muestran que la trayectoria del déficit va en línea con lo que estamos previendo. En términos de la deuda, su evolución y colocación también va en línea con lo previsto, lo que puede mover el ratio puede ser el PIB”, explicó. Hasta ahora, reiteró Mariscal, la proyección de Hacienda es que el ratio de la deuda cierre este año en línea con los Precriterios de Política Económica 2025.
Este año, Hacienda prevé un déficit fiscal de 5,9% del PIB al cierre de este año, el más alto de los últimos 36. La promesa de este nuevo Gobierno es reducir el desbalance a un 3,5% del PIB en 2025, una meta ambiciosa y que ha despertado muchas interrogantes entre los expertos. En concreto, sobre cómo Hacienda logrará reducir este desequilibrio entre los ingresos y los gastos sin aumentar impuestos ni hacer fuertes reducciones en los gastos públicos, vía disminución en infraestructuras públicas o en proyectos en otras áreas del presupuesto como en salud o educación. Los funcionarios de Hacienda declinaron dar detalles sobre su estrategia fiscal para el próximo año.
En línea con el plan de Energía de esta Administración, el subsecretario de Hacienda anunció que en un plazo de 15 días el Gobierno desvelará un plan fiscal para las empresas paraestatales energéticas, Pemex y la CFE. Escuetamente, el funcionario federal aseguró que el apoyo, en específico a la petrolera estatal, sigue considerando el abanico de apoyos que ya se han otorgado en el sexenio anterior. Estas opciones van desde capitalizaciones directas hasta la condonación de impuestos. “El trabajo conjunto ha sido bastante intenso en estas semanas. El conjunto de herramientas con el cual la empresa y la Secretaría han estado conduciéndose en el último par de años van a seguir existiendo, las soluciones, el apoyo, seguirá en las líneas en las que ha ido recientemente”, comentó el subsecretario.
El respaldo del Gobierno de Sheinbaum a Pemex se expresa un día después de que la petrolera estatal reportara que duplicó sus pérdidas al tercer trimestre del año. La perdida neta de la compañía de julio a septiembre fue de 161. 455 millones de pesos, un 104% más en comparación de las perdidas por 79.134 millones de pesos, del mismo periodo de 2023. La debacle, según reportó la compañía, se debió a un descenso en sus ventas, un incremento en el deterioro de activos y una mayor pérdida cambiaria.