El pasado 5 de enero, el nuevo cuerpo parlamentario tomó posesión de la Asamblea Nacional con el exministro de Información Jorge Rodríguez como nuevo titular del organismo. Con más del 92% de los escaños disponibles, el chavismo retomó el único poder que encabezaba la oposición luego de los comicios de diciembre plagados por falta de estándares internacionales democráticos, carencia de transparencia y ausentismo electoral; razones por las cuales los principales partidos opositores rechazaron participar.
El ingreso de los nuevos asambleístas significa el término del cargo del líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela al ser presidente de la Asamblea Nacional electa democráticamente en el 2015. Guaidó fue reconocido por más de cincuenta naciones como presidente interino del país venezolano, entre el apoyo se encontraba el Grupo de Lima y la Unión Europea.
A pesar del pronunciamiento oficial de la Unión Europea denunciando el último proceso electoral como irreconocible por falta de transparencia e inclusión, tras la posesión del 5 de enero en la Asamblea, en un comunicado, la UE implícitamente dejó de identificar a Juan Guaidó como presidente interino como consecuencia del término de su cargo en el parlamento.
“La UE no reconoce la representatividad democrática de la nueva Asamblea Nacional de Venezuela. Llama a todos los actores del país a alcanzar una solución dialogada e integradora”, recalcó el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell.
A pesar de no mencionar en su comunicado la permanencia de Guaidó como presidente interino y la continuación de la Asamblea electa el 2015, el Alto Representante reiteró su apoyo a la oposición venezolana: “La UE mantendrá su compromiso con todos los actores políticos y de la sociedad civil que luchan por devolver la democracia a Venezuela, incluido en particular Juan Guaidó“.
A finales del pasado diciembre, el líder opositor tomó posesión de una Cámara paralela, considerada por el resto de la disidencia venezolana como la auténtica Asamblea Nacional, en un intento de mantener su cargo de presidente encargado y jefe de la Asamblea, precisamente los títulos que la UE deja de reconocerle.
Internamente, la Unión Europea ha recibido críticas por no reconocer la extensión del mandato de Guaidó y la Asamblea saliente. El grupo Renew del Parlamento Europeo ha encabezado las críticas: “Es fundamental que la UE siga reconociendo oficialmente al presidente interino Juan Guaidó y la extensión del mandato de la Asamblea Nacional, votada democráticamente en 2015, hasta que se celebren elecciones libres y justas”, manifestó la vicepresidente del Parlamento Europeo, reclamando también la falta de claridad en el pronunciamiento del Alto Representante de la UE.
Aunque la UE ha prometido continuar su apoyo al líder opositor al ser figura principal en la lucha por la democracia en Venezuela, el quitarle el reconocimiento explícito como presidente encargado representa un golpe duro a Guaidó y la oposición consolidada en su extensa lucha contra el régimen autoritario del mandatario Nicolás Maduro.
El cambio de administración en Estados Unidos, principal aliado de la oposición venezolana en los últimos años, suma a la incertidumbre que sufre el país venezolano. Con la nueva Asamblea afín al régimen de Maduro, la oposición se queda sin poder oficial en el país. El desplante de la UE y posibles naciones que imiten su posición predicen la potencial extinción de la actual oposición consolidada y quizás el surgimiento de una nueva figura prominente opositora; ambas consecuencias significan que la lucha venezolana por el restablecimiento democrático se ralentiza una vez más por falta de apoyo pragmático.