Durante la noche del 5 de Abril, fuerzas especiales ecuatorianas entraron a la embajada mexicana en la ciudad de Quito, con el objetivo de recuperar a Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien anteriormente había sido juzgado por actos de corrupción. Durante los días siguientes, una serie de eventos diplomáticos se desarrollaron en Latinoamérica. Entre los que destacaron el rompimiento de relaciones entre los dos países, y el condenamiento de las acciones ecuatorianas por la mayoría de los países de la región, y la interrupción de relaciones diplomáticas entre Ecuador y más de un país latinoamericano.
Después de haber regresado a todo su cuerpo diplomático, el gobierno mexicano mandó una denuncia a las cortes internacionales de La Haya, en contra del gobierno de Ecuador. También ha buscado la expulsión o suspensión de Ecuador de las Naciones Unidas. El “ataque” a la embajada mexicana en territorio ecuatoriano tiene pocos precedentes en la historia. Al ejecutarse este acto, el gobierno ecuatoriano efectivamente invadió territorio soberano mexicano. Por lo mismo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) calificó el hecho como una “violación del derecho internacional y de la soberanía de México”.
La invasión a la embajada mexicana en Ecuador pone en peligro a todas las embajadas en el mundo. Al haberse tratado de la irrupción por fuerzas armadas, de un gobierno soberano, sienta un precedente con otras embajadas, y puede convertir el derecho diplomático en una anarquía, donde no existen derechos ni leyes de por medio. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, era consciente de las leyes internacionales que protegen a las embajadas, y de las posibles consecuencias de esta irrupción ilegal. Lo que llevó a varios académicos de la región a preguntarse, ¿valió la pena la condenación internacional a cambio de la aprehensión del exvicepresidente Jorge Glas? Todo parece indicar que sí, y estas son las razones.
Daniel Noboa fue electo presidente interino de la República de Ecuador el 23 de Noviembre del 2023. Esto después de que el presidente anterior Guillermo Lasso, dimitiera al cargo del ejecutivo. Como presidente interino, Noboa contaría con 1 año y 6 meses en la presidencia del país andino antes de poder celebrar elecciones democráticas, donde seguramente buscará la reelección. Durante este tiempo, el pueblo ecuatoriano juzgaría su administración, y en caso de tener una noción positiva, lo reelegiría en las elecciones a celebrar en Febrero, 2025. En otras palabras, Daniel Noboa tiene año y medio para convencer a los ecuatorianos de que es un buen gobernante.
La enemistad con el gobierno de México le cayó como anillo al dedo. Nada mejor que un enemigo en común para unir al pueblo de una nación, sin importar su polarización. Noboa usó la coyuntura para unir al pueblo ecuatoriano en contra del gobierno de México, y para presentarse él como el “mesías” del país andino, quien defendería a la nación ante cualquier agente exterior que quisiera entrometerse en sus asuntos internos. Aunado a esto, la irrupción en la embajada mexicana sucedió solo unas semanas antes de celebrarse una consulta popular propuesta por el presidente, y organizada por el Consejo Nacional Electoral. En esta, se le cuestionó al pueblo ecuatoriano sobre asuntos de seguridad nacional, seguridad pública, arbitraje internacional, procesos legales, etc. De las 11 preguntas establecidas en la consulta, 9 fueron votadas con el “Sí” y solo 2 con el “No”, dándole a Daniel Noboa suficiente esperanza para ganar las elecciones el próximo año.
Ecuador pasa por un momento de tensión, y sus relaciones diplomáticas son un reflejo de sus problemas internos. El país pasó de ser una de las naciones más seguras de Latinoamérica, a ser la segunda más insegura de la región. En solo un año, los homicidios aumentaron en un 70%. Este aumento drástico de crimen y violencia en el país es algo completamente nuevo para una nación que alguna vez fue considerada un “oasis de violencia en América Latina”. A diferencia de países como México o Colombia, donde el crimen aumentó gradualmente y le dio oportunidad a la población de “prepararse” y “acostumbrarse” a un nuevo estilo de vida, la situación en Ecuador evolucionó drásticamente. El país no está preparado para lidiar con el crimen organizado, y su inestabilidad política interna y externa son reflejos de esta falta de preparación.
El aumento de crimen no es el único problema asechando al país andino. Actualmente, la producción de energía en Ecuador no es suficiente para satisfacer su demanda interna. Ante esta situación, el país comenzó a importar energía de Colombia. Sin embargo, a raíz de una sequía que experimenta este último país, su exportación de energía ha sido pausada indefinidamente, dejando a Ecuador sin electricidad, y forzado a implementar múltiples interrupciones de energía en la industria, y el sector doméstico, todos los días.
Su política también sufre controversia. Actualmente, dentro de la política nacional de Ecuador, se ejecuta una investigación para desenterrar conexiones de pasados gobernantes con el crimen organizado. Si lo anterior se comprueba, múltiples exgobernantes del país podrían ser relacionados al auge de violencia que sufre Ecuador. La mayoría de los implicados en esta investigación son personajes con conexiones al correísmo, la vertiente de izquierda ecuatoriana que gobernó el país durante la llamada Marea Rosa Latinoamericana, y que aún presenta una fuerte influencia en la política ecuatoriana.
Ecuador está en medio de una crisis política y económica. Política, porque el país sigue experimentando una transición de la izquierda, al centro derecha. Sin embargo, aún con un ejecutivo distanciado de la izquierda, el correísmo continúa intentando implementar su agenda izquierdista en el legislativo, limitando el avance de una agenda política establecida.
Económica porque, mientras el desempleo en el país continúa en aumento, la inversión extranjera directa (FDI por sus siglas en inglés) disminuye. Durante los últimos años, ha habido un aumento significativo en la cantidad de ecuatorianos que buscan establecerse en otro país, a raíz de la falta de oportunidades en Ecuador. Solo entre enero y noviembre del 2023, 107,848 migrantes ecuatorianos fueron registrados en la frontera México – Estados Unidos, sin contar aquellos que no pasaron por un registro. Esta cifra duplica a la de todo el 2022.
El 9 de Agosto del 2023, el candidato a la presidencia Fernando Villavicencio fue asesinado después de dar un discurso en la ciudad de Quito. Lo anterior aumentó el riesgo de inversión en Ecuador, y disminuyó el FDI considerablemente. Su indicador de riesgo país también incrementó significativamente, colocando al país andino como la segunda economía latinoamericana con mayor riesgo de impago, solo por debajo de Argentina.
El país sudamericano enfrenta dificultades desde varios ángulos, y el enfoque de su actual presidente parece ser solo la continuidad de su administración en el poder. La consulta popular le dio esperanza a Daniel Noboa para ser reelegido el próximo año, pero no está garantizado. Noboa debe generar un avance en más de un aspecto político, con el de la seguridad pública y el suministro de energía como altas prioridades. Los gobernantes de otros países, incluyendo México, esperarán a ver los resultados de las próximas elecciones en Ecuador, las cuales comienzan en febrero 2025, para decidir que trayectoria seguir respecto a sus relaciones con el país andino. Actualmente, Ecuador ha estado siguiendo una estrategia que lo está aislando del ámbito internacional, justo en momentos en los que el país andino más necesita cooperación.
ALFONSO GARZA NÚÑEZ – Editor en México Pragmático es licenciado en Economía por la Universiteit van Amsterdam y maestro en Desarrollo Latinoamericano por el University College London. Es doctorando en Historia en la University of Houston, donde investiga los derechos políticos de la diáspora mexicana en Estados Unidos. @ponchogigio