Un virus mil veces más delgado que un cabello ha derivado en un proyecto de más de 6.000 millones de dólares en el Estado de Nuevo León. El atasco en las cadenas de suministro entre México y Estados Unidos derivado de la pandemia fue el inicio para que el hombre más rico del planeta, Elon Musk, considerara al país como sede de su nueva megaplanta de autos eléctricos de Tesla. La historia se remonta a fines de 2021, cuando el multimillonario llamó con urgencia al canciller, Marcelo Ebrard, para pedirle que reactivara las 127 factorías mexicanas que tenían alguna proveeduría con su empresa y que, en ese entonces, estaban paralizadas, por la crisis sanitaria. Ese enlace sirvió al Gobierno federal para conocer de primera mano las ideas de Musk en el extranjero.
A partir de ese momento, relata la subsecretaria para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Martha Delgado, comenzaron a trabajar en una propuesta para el corporativo de Tesla. La iniciativa se oficializó, finalmente, en febrero de 2022. “La Secretaría de Relaciones Exteriores hizo un marcaje personal, un acompañamiento directo a la empresa para brindarles asesoría y orientación legal en el scouting que hicieron. Los llevamos a cinco Estados, el Estado de México, Querétaro, Puebla, Hidalgo y Nuevo León. Ellos tenían unos criterios, unas condiciones muy específicas para la planta y los fueron analizando en cada uno de los terrenos, revisaron al menos 50 propiedades”, detalla la funcionaria federal.
En sincronía con el Gobierno federal, cada uno de los Estados presentó ante el multimillonario las bonanzas y atractivos de sus entidades para intentarlo convencer. En el caso de Nuevo León, el gobernador Samuel García ha dado a conocer que la primera toma de contacto ocurrió en una visita que ellos hicieron a Texas. En segunda instancia, el mandatario ha referido que la cercanía previa que su equipo de Economía tenía con algunos directivos de Tesla les permitió un acceso directo para enviarles información económica y demográfica sobre las zonas industriales del Estado. Héctor Tijerina, director Ejecutivo de la asociación Invest Monterrey, refiere que el verano pasado ellos ayudaron al Gobierno local con datos sobre el Estado para atraer los ojos de Tesla. “Querían conocer las zonas industriales, el ecosistema de universidades, el promedio de costos de tierras, los salarios promedio para diferentes tipos de puestos, desde operadores hasta los directores generales, datos económicos, demográficos y tema de la calidad de vida”, específica.
Tijerina, quien trabajó por 10 años en la Secretaría de Economía estatal, añade que la ubicación geográfica de Nuevo León es una ventaja que no pueden igualar las otras entidades. “Estamos a 600 kilómetros de distancia, alrededor de seis horas de distancia entre Monterrey y Texas, eso es muy atractivo para Tesla, de esta manera, están generando un corredor donde van a tener a toda su cadena de suministro proveyendo ambas plantas, sus proveedores solo tienen que poner una operación en la zona para poder proveer tanto a Tesla en Austin como a Tesla en Monterrey”, menciona. Además, refiere, Nuevo León tiene paz laboral, productividad y un ecosistema de universidades atractiva para el tipo de perfil de puesto de empleo que requiere la empresa, y Santa Catarina, está a unos kilómetros de San Pedro, que es el municipio de la ciudad con mayor nivel socioeconómico y con mayor calidad de vida del Estado.
El directivo de Invest Monterrey admite que si bien colaboraron en una primera fase en este proceso, las negociaciones con los directivos de Tesla las llevó siempre el Gobierno del Estado, quien fue el que finalmente invitó en octubre pasado al multimillonario a la entidad para conocer los terrenos, las zonas industriales y las facilidades logísticas que ofrecían. Un viaje en helicóptero sobre la Huasteca bastó para que el millonario sacara su celular y empezara a tomarse selfies. “En frente de nosotros (Musk) le decía a su jefe de construcción: ‘la planta la quiero aquí’. No estaba contemplado bajar al terreno y nos hizo bajar, lo vio, le gustó, le gustaron las montañas, yo lo vi ahí muy convencido”, contó García.
La decisión estaba tomada. Tras un trabajo de más de 14 meses tanto del Gobierno federal como estatal, el hombre más rico del mundo se decantó por Santa Catarina para instalar en 1.600 hectáreas una factoría de tres pisos donde se producirán un millón de autos por año. En perspectiva, la subsecretaria federal, Delgado, advierte que el municipio y México ganaron el anhelado proyecto que buscaban otros países por tres factores: el entramado de acuerdos comerciales de libre comercio que tiene el país, la cercanía con Estados Unidos y por ende con los enclaves productivos de Musk en territorio norteamericano y finalmente, por la calidad de la mano de obra de los ingenieros mexicanos.
Los detalles sobre el paquete de incentivos aún se negocian a puerta cerrada. El gobernador García ha adelantado escuetamente que la empresa hará sus requerimientos en las próximas semanas y a partir de ahí el Gobierno rechazará o admitirá su propuesta, hasta llegar a un memorándum final. De parte del Gobierno federal, Delgado ha asegurado que Tesla no pidió incentivos extras, sin embargo, sí están sobre la mesa otros beneficios para la planta de baterías eléctricas que buscan aterrizar en el país. “De parte del Gobierno federal no tienen incentivos adicionales a los que cualquier otra empresa tiene en México. De hecho, no los buscaron. Más bien, para la otra planta que tienen interés de instalar en el país de baterías, ahí sí necesitamos un esquema muy inteligente porque en Estados Unidos tienen subsidios enormes las plantas de baterías eléctricas y en México no tenemos eso y no es competitiva la situación actual. Aquí necesitamos aprovechar algún incentivo fiscal que pueda hacer competitiva la fabricación de baterías eléctricas en México”, explica.
Musk ya anunció su primera megainversión en Santa Catarina, sin embargo, el portafolio de proyectos que persigue el Gobierno federal va mucho más allá de los primeros 6.000 millones de dólares que se desembolsarán en esta megaplanta. La subsecretaria de Exteriores, precisa que aún están en el tintero la construcción de una planta de baterías eléctricas no solo para autos de Tesla, sino también para autos de otras marcas; un centro de tecnología aeroespacial en el corredor transístmico —la zona del Itsmo de Tehuantepec —así como una colaboración de ciencia y tecnología para el refinamiento de litio en Sonora. La funcionaria indica que seguirán teniendo reuniones con el equipo directivo de Tesla en los próximos días para evaluar estas ofertas. Delgado estima, que en el mejor de los escenarios este portafolio adicional estaría valuado en unos 5.000 millones de dólares.
En vísperas de que Musk hiciera oficial su decisión de invertir en Nuevo León, el proyecto no estuvo ajeno a la turbulencia política marcada por el interés del presidente López Obrador para que el millonario considerara las opciones del centro del país. El mandatario amagó con no otorgar los permisos si el proyecto aterrizaba en Nuevo León, no obstante, la polémica se zanjó tras un par de videollamadas entre Musk y el Ejecutivo. Después de esas llamadas, el presidente indicó que se llegó a un acuerdo con el corporativo e incluso agradeció a Musk por su arribo al país.
Con la ambiciosa meta de producir 20 millones de autos eléctricos anuales en 2030 a precios rentables sobre sus hombros, Musk ha tomado una decisión final a favor de Nuevo León. En la hoja de ruta para el futuro de Tesla ahora aparece en el mapa las tierras altas de Santa Catarina.