Un grupo de accionistas de la empresa estadounidense Baker Hughes solicitó a los directivos, y a las autoridades competentes, que se abra una investigación relacionada con la mansión en Houston que ocupó José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La carta, fechada el 9 de febrero y firmada por Juan Carlos Luna, quien se identifica como accionista representante de un grupo de ellos, está dirigida a altos directivos de la empresa petrolera, que es una de las más grandes del mundo, y la cual tuvo contratos con el gobierno de López Obrador por más de 151 millones de dólares en obras para Pemex.
El escrito deriva de una investigación periodística de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y el medio Latinus, en la que revelan que la casa en la que vivió López Beltrán y su esposa, Carolyn Adams, de 2019 a 2020 pertenecía en ese entonces a Keith Schilling, un alto ejecutivo de Baker Hughes.
“Por circunstancias que aún no están claras y que generan una válida justificación de posibles acciones legales, el señor Keith Schilling, un ejecutivo de Baker Hughes, otorgó una de sus residencias en Conroe, Texas, al hijo del presidente mexicano y a su esposa (Carolyn Adams)”, indica la carta.
En la carta se confirma que la pareja ocupó la residencia de Schilling en el mismo periodo en que Pemex otorgó “importantes extensiones e incrementos de costos” a los contratos de Baker Hughes.
“La óptica y el momento de estos hechos simplemente no son buenos. Estos crean la percepción de un posible conflicto de interés y un escenario potencial que podría haber cruzado la línea de las obligaciones legales y éticas de Baker Hughes”, enfatizaron en la carta.
La misiva fue compartida este viernes por Radio Fórmula, en el programa de Ciro Gómez Leyva, y por el ex canciller Jorge Castañeda a través de su cuenta de Twitter.
Los accionistas agregaron que hay suficiente evidencia de esto, tanto en México como en Estados Unidos, y por tal motivo se justifica una denuncia y es necesaria una investigación.
“Son factores que no se pueden ignorar”, señalan en la misiva compartida por el ex canciller mexicano, Jorge G. Castañeda y donde advierten que, de no realizar una investigación, “el caso impactará negativamente a la empresa, sus inversiones y su reputación”.
Luego de la investigación periodística que se publicó en México hace unas semanas, tanto el presidente López Obrador como el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, descartaron las acusaciones de posible conflicto de interés.
Además, Romero Oropeza aseguró que Pemex no ha ampliado los contratos que tiene con Baker Hughes, compañía que, afirmó, lleva seis décadas dando servicios al gobierno de México.
El director de Pemex también afirmó que fue legal la contratación de la empresa estadounidense días antes de que José Ramón López se mudara a la mansión de Houston, propiedad de Schilling.
“En el caso de Baker que tiene presencia en el país y en Pemex desde hace más de 60 años, logró sus mejores montos de contratación en los años 2008, 2012 y 2014, es decir en las administraciones de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”, dijo Romero Oropeza el pasado 9 de febrero.