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Cómo construir un México más renovable en 2024

Además del imperante compromiso con la descarbonización mundial, el alto potencial energético de México en el ámbito renovable se traduciría en un elevado nivel de empleabilidad, mayor competencia industrial, además de una seguridad y eficiencia eléctrica más robusta, entre muchos otros beneficios asociados.

El 85% del territorio mexicano se ubica en el llamado cinturón solar, entre el trópico de Capricornio y el trópico de Cáncer, lo que se traduce en 5 kilovatios (KWH) por metro cuadrado diario. Esto quiere decir radiación solar asegurada, así como zonas que poseen vientos de corte intenso y constante. Ambas son condiciones propicias para implementar soluciones de energía limpia y renovable.

Este panorama se encuentra con una alta demanda de energía, que crece a una tasa estimada del 3% anual. A esta necesidad de más electricidad se suman las metas mundiales de descarbonización y de responsabilidad social.

De acuerdo con el estudio Prospectivas de Energía Renovable 2018-2032, la Secretaría de Energía de México plantea un escenario de capacidad instalable renovable de hasta 32,307 GW -de los cuales 31,144 GW serían de corte solar- y un potencial de generación de hasta 67,891,324 GHW/a.

Una sólida cartera de proyectos renovables

En este contexto, una de las figuras clave para avanzar hacia la transición energética de México son los proyectos renovables y cómo estos se conforman a través de una cartera sólida, basándose en su viabilidad y eficacia. Una cartera de proyectos es una agrupación de oportunidades de negocio que se pueden desarrollar a corto o mediano plazo, explica Alfonso Campos, director del equipo de Desarrollo Renovable de Iberdrola México.

El directivo detalla que actualmente Iberdrola México cuenta con más de 35 proyectos en cartera, los cuales suman una capacidad de 9,000 megavatios (MW) y que se distribuyen en 14 estados del país.

La posibilidad de un México más limpio y eficiente en materia energética no sólo representa un futuro más seguro y armonioso para sus habitantes, sino también el camino de una economía mucho más dinámica y fortalecida frente a los desafíos del mundo contemporáneo. Esto puede reflejarse en aspectos como la creación de nuevos empleos que, de acuerdo con cifras recientes de la America Clean Power (ACP), llegaron a 30,000 puestos en países como Estados Unidos y 13,7 millones en 2022 a nivel mundial, casi el doble comparado con el año anterior.

Esto coincide con la visión de Enrique Alba, CEO de Iberdrola México: “En México queremos jugar un papel de liderazgo en la transición energética y queremos aprovechar los excelentes recursos solar y eólico del país para producir energía limpia, barata y confiable. Energía que al mismo tiempo genere un tejido industrial local y empleo de alta calidad que nos permita lograr la independencia energética, porque actualmente el país depende de combustibles fósiles, como el gas norteamericano, para producir electricidad”, precisó el directivo durante la última edición del Digital Summit de la empresa energética.

El CEO de Iberdrola México subrayó también que tendencias como la del nearshoring presentan una oportunidad única, que ocurre una vez en un siglo: “México tiene que aprovechar para despegar como país líder a nivel mundial. Todos somos conscientes de que se necesita más energía limpia para aprovechar a su máxima capacidad el nearshoring”.

“Y ahí es donde Iberdrola México quiere participar, ayudar, apoyar, y quiere como siempre demostrar su compromiso con el país. Contamos con las capacidades tecnológicas, la experiencia a nivel mundial y con el equipo local para ser un agente importante en traer más energía limpia al país para poder aprovechar el nearshoring”, afirmó.

Actualmente, México tiene entre sus principales compromisos a nivel global lograr que este año el 35% de la generación eléctrica provenga de tecnologías limpias.

Por su parte, Alfonso Campos apunta que para participar en la transición energética de México, la compañía diseñó una nueva metodología que permite avanzar de una forma mucho más acelerada y atinada en la creación de oportunidades de negocio, a partir de tres grandes etapas de desarrollo: prospección, originación y cartera.

“Trabajamos localmente desde fases tempranas para analizar el impacto social o ambiental que podría tener el proyecto porque estos, más allá de su negocio principal, tienen que aportar valor a la comunidad en la que se integran”, puntualiza Campos.

Tras un 2023 lleno de cambios importantes y profundos por parte de la compañía, Enrique Alba dibuja un panorama alentador para 2024 en beneficio de toda la sociedad y, sobre todo, del medio ambiente: “Nuestro objetivo es reinvertir el dinero obtenido de la venta de las plantas en nuevas centrales renovables. Este es el principal objetivo de nuestra cartera y del nuevo ciclo inversor de la compañía”.