El legado de la Doctrina Estrada en México a través de los años

Posterior a las guerras de independencia en Latinoamérica, los países de la región sufrieron varias invasiones de múltiples potencias europeas y norteamericanas, que buscaban continuar su expansión territorial, o la extracción de recursos naturales de la región. México padeció invasiones por parte de Estados Unidos, Francia y España.

En medio de presiones estadounidenses por la reciente promulgación de la Constitución de 1917 (la cual pretendía proteger la soberanía de los recursos naturales), el entonces presidente de México Venustiano Carranza buscaba cuidar a México desde la diplomacia, por lo que instauró la Doctrina Carranza. Esta doctrina sentaba los principios básicos de la política exterior mexicana, y se basaba en los indicios de igualdad entre naciones y en el respeto mutuo de sus instituciones, leyes y soberanía. 

El 27 de Septiembre de 1930 el entonces Secretario de Relaciones Exteriores de México Genaro Estrada Felix, promulgó la Doctrina Estrada en el país, la cual afirmaba que ningún país requiere del reconocimiento de otro para considerarse un estado legítimo. Esta doctrina, basada en la Doctrina Carranza, contradecía la recientemente promulgada Doctrina Tobar, proclamada en 1906 por el entonces canciller ecuatoriano Carlos Tobar, y que afirmaba que todo gobierno latinoamericano debe evitar el reconocimiento de los gobiernos surgidos con procesos no democráticos. 

La Doctrina Estrada buscaba la soberanía nacional de las nacionales y evitaba que estas requirieran el reconocimiento de otras naciones para poder promulgarse como estados legítimos. La doctrina también protegía el derecho de los fugitivos políticos y les ofrecía, en gran parte, asilo en territorio mexicano. 

A partir de la doctrina Estrada, las bases de la política exterior del estado moderno mexicano se sentaron, y continuaron hasta la época actual. Desde entonces, México se ha declarado neutral en momentos de crisis internacional e incluso ha hospedado a personalidades consideradas criminales en países con los que México mantenía relaciones. Desde luego, otros países se han proclamado insatisfechos con la aplicación de esta doctrina.

Ejemplos de la Aplicación de la Doctrina Estrada

Leon Trotsky:

Posteriormente de que Stalin expulsara a Trotsky de la Unión Soviética el 20 de enero de 1929, Trotsky culminó su exilio en la Ciudad de México. Su aceptación en el país se basó en los principios de la Doctrina Estrada, la cual también menciona el derecho de aceptación de presos políticos en el país. Después de 11 años, en 1940, Trotsky fue asesinado en Coyoacán, Ciudad de México.

Evo Morales:

La renuncia del expresidente de Bolivia, Evo Morales, fue considerada por múltiples fuentes, como una renuncia anticonstitucional, puesto que esta se ejecutó a partir de una “recomendación” del ejército Boliviano al entonces presidente. Jeanine Áñez tomó su lugar, como presidente interina y desde entonces, múltiples países ofrecieron su reconocimiento como el gobierno legítimo de Bolivia. México no estuvo entre estos gobiernos. La embajadora de México en Bolivia afirmó que México no “reconoce” gobiernos. La Secretaria de Relaciones Exteriores en México confirmó que “México no otorga reconocimientos porque considera que esta es una práctica denigrante, y que viola la soberanía de los países”.

 

La cancillería mexicana invocó la Doctrina Estrada y mencionó el siguiente texto de esta:

“México se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente a sus agentes diplomáticos y a continuar aceptando, cuando también lo considere procedente, a los similares agentes diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditados en México”

“Sin calificar ni precipitadamente ni a posteriori, el derecho que tengan las naciones extranjeras para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades”.

 

Julian Assange:

El actual presidente de México, Andres Manuel Lopez Obrador, ofreció asilo político al fundador de Wikileaks, y prófugo de la justicia Julian Assange. Lopez Obrador se pronunció en favor del asilo de Assange debido a que “es una persona con ideales y principios, y por eso merece compasión”. A pesar de que Assange es perseguido por naciones con las que México mantiene relaciones diplomáticas (e.g. Estados Unidos, Reino Unido), el país latinoamericano insiste en ofrecer protección en su territorio. 

A parte de recibir presos políticos en el país, la Doctrina Estrada ha sido invocada para situar a México en la neutralidad cuando se le ha cuestionado una postura ante algún suceso internacional. Esta doctrina no le ha permitido a México reconocer a Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela. Tampoco México se proclamó en contra de las faltas a los derechos humanos perpetradas por el presunto presidente nicaragüense Daniel Ortega.

México no se ha pronunciado a favor ni en contra de la invasión rusa en Ucrania que comenzó el 24 de febrero de este año. A pesar de que la embajadora de Ucrania Oksana Dramaretska cuestionó al gobierno mexicano sobre su postura ante la invasión, la cancillería mexicana se rehusó a dar una opinión de esta afirmando que su política exterior no les permitía entrometerse en asuntos de otras naciones. 

La Doctrina Estrada se promulgó hace más de 90 años, cuando México pasaba por una serie de invasiones extranjeras y revoluciones internas. Tal vez es momento de cuestionar si una doctrina creada en medio de guerras mundiales y revoluciones debería seguir aplicándose en lo contemporáneo. Como mencionó el poeta y escritor florentino Dante Alighieri, “los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que en tiempos de crisis moral mantienen su neutralidad”.