El milagro de la seguridad en la Ciudad de México

En cuatro años, la CdMx logró posicionarse como la urbe con mayor reducción absoluta de homicidios en el país y posiblemente en toda América Latina

Si no es un milagro, se le parece mucho. 

Los avances en seguridad pública de los últimos cuatro años en la CdMx son tan irrebatibles como contundentes. En comparación con 2019, el homicidio se ha reducido a más de la mitad. La ciudad pasó de tener 4.4 homicidios diarios a sólo 1.5. En todos los delitos -absolutamente todos – hay reducciones importantes al comparar 2019 con 2023. Así, por ejemplo, el robo de vehículo con violencia se redujo en 70 por ciento y las lesiones dolosas por disparo de arma de fuego en 65 por ciento. Los números oficiales están acompañados de una sustancial mejora en la percepción de seguridad. La capital no sólo es más segura; se percibe más segura. Es igual de importante. 

Es difícil no emocionarse. La tasa de homicidios en la CdMx es ya de ocho por cada 100 mil habitantes, muy por debajo de la media nacional. Es similar a la de ciudades como Los Ángeles, San Antonio o Phoenix. En cuatro años, la CdMx logró posicionarse como la urbe con mayor reducción absoluta de homicidios en el país y posiblemente en toda América Latina.

La situación de la CdMx contrasta con la del resto del país. Si bien el Gobierno federal logró contener a principios del sexenio la tendencia al alza del homicidio doloso, apenas ha logrado una leve disminución entre 2020 y 2023. El contraste entre la CdMx y el resto del país ha generado la idea de que el modelo capitalino puede y debe seguirse a escala nacional. Pero ¿es transferible al resto del país? 

Aquí conviene ir despacio y ser cauteloso. Los problemas de seguridad en la capital del país son cualitativamente distintos a los de otras ciudades y zonas del país. 

El modelo de la CdMx no es replicable, empezando por el hecho de que ninguna otra ciudad puede darse el lujo de tener tantos policías. Al comienzo de 2023, el estado de fuerza de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CdMx) era de 77 mil elementos operativos. La SSC es la corporación policial más grande de América Latina. Como comparación, Fuerza Civil de Monterrey tiene menos de cinco mil policías; la comisaría de Guadalajara no supera los tres mil agentes. Realidades distintas. Infraestructuras asimétricas. 

La CdMx cuenta con 3.5 policías por cada mil habitantes, una tasa razonable y comparable con la de otras ciudades europeas o de Estados Unidos. Es mucho mayor a la recomendada por la ONU y más de tres veces mayor a la tasa promedio nacional que se sitúa en 0.9 policías por cada mil habitantes. A escala local la diferencia es más obvia: Puebla, por ejemplo, tiene 0.6 policías por cada mil habitantes y Jalisco 0.3. 

Dicho lo anterior, algunas ciudades sí podrían mirar a la capital del país como punto de referencia. El sistema de videovigilancia de la CdMx—el famoso C5—es una herramienta probadamente exitosa. Sus más de 63 mil cámaras han hecho de la ciudad un lugar más seguro para vivir. Mantener un centro como el C5 es costoso, pero la inversión vale la pena. Guadalajara ya comenzó a implementar un sistema similar, pero sólo con el cinco por ciento de las cámaras que tiene CdMx. León, Tijuana, Monterrey tienen un largo trecho por caminar. 

La SSC ha hecho las cosas bien. Su Unidad de Asuntos Internos es funcional. El plan de desarrollo policial ha logrado un grado de profesionalismo inédito en México: los jefes de cuadrante son electos por concurso y los ascensos son meritocráticos. Tanto la Universidad de la Policía de la Ciudad de México como los programas de prevención de la violencia (“Alto al Fuego”) se han convertido en modelos a seguir en toda América Latina. Hoy, el sueldo de un policía promedio de la ciudad es 54 por ciento superior al de 2019. Para esto se necesita dinero.

La desaparición en 2019 de la mayoría de los fondos y subsidios federales a gobiernos locales para implementar mejoras policiales ha impedido que se repitan estas historias de éxito en todo el país. El Gobierno federal descuidó el andamiaje local por privilegiar su atención en la Guardia Nacional. Se equivocó. 

La clave del modelo de la CdMx ha estado, sin embargo, en que, acaso por primera vez, la policía de la Ciudad de México investiga. Lo que antes era una desaprovechada e insulsa Subsecretaría de “Información e Inteligencia” que generaba estadísticas irrelevantes, es ahora la Subsecretaria de Inteligencia e Investigación policial que, de mano de la Fiscalía de la Ciudad, realiza verdaderas tareas de inteligencia e investigación. 

Hoy, hay en la SSC, al menos mil quinientos analistas que realizan única y exclusivamente tareas de investigación. A otras escalas, estas prácticas comienzan a ser replicadas en otras ciudades. Son esfuerzos de largo aliento para los que se necesita inversión. Mucha inversión.

La reducción de la inseguridad en CdMx es, quizás, el mayor logro de la administración de la actual Jefa de Gobierno. Es también su mejor carta de presentación a las elecciones del 2024. Replicar el milagro de la CdMx a escala nacional será complejo—o imposible—pero las pistas a seguir están a la vista de todos.