Entendiendo a Trump (o intentándolo): de aranceles, T-MEC y más…

Donald J. Trump es una anomalía histórica que ha roto con todas las teorías políticas, comunicativas e incluso naturales. Su figura, personalidad y comportamiento político daría para crear una asignatura universitaria por sí sola. 

El actual presidente estadounidense es la representación perfecta de “El príncipe” de Nicolás Maquiavelo. Un personaje que no duda en usar los medios necesarios con tal de alcanzar sus fines. Además, por lo menos en la esfera internacional, actualmente nadie ejemplifica mejor eso que Maquiavelo decía sobre que “es mejor ser temido que amado”.

Para poder (o tan siquiera intentar) entender a Trump es necesario no quedarnos con las apariencias ni los discursos superficiales. En el fondo, lo que el presidente estadounidense siempre ha buscado es atención y polémica. Así de simple. Sin luces ni cámaras, no hay show.

No podemos olvidar que se trata de un “hombre de negocios” experto en manipulación y persuasión. Así logró pasar de tener menos del 1% de posibilidad de ser candidato republicano a conseguir ser 45º presidente estadounidense en 2016. Así también consiguió ser el primer presidente convicto de la historia del país de la bandera de las barras y las estrellas.

Las últimas semanas han estado protagonizadas por 3 (bueno en realidad 4) temas: 

  1. Aranceles; 
  2. Ucrania (¿o ya se habían olvidado que Trump dijo que resolvería este conflicto en “semanas”?); 
  3. El T-MEC;
  4. Y…Trump, siempre Trump.

Vamos por partes:

Aranceles

Haber bautizado como el “Día de la Liberación” el día en el que se declaró la guerra comercial a un sinfín de país requiere de un especial y negro sentido del humor. ¿Liberación de qué? Para Trump, de décadas de abuso comercial por parte de los demás países. 

Lo que el presidente estadounidense parece olvidar es que ha sido ese mismo sistema comercial “abusivo” y sin barreras lo que ha permitido que Estados Unidos siga siendo (por ahora y hasta que China lo permita) la principal potencia económica del mundo. Pero al parecer y visto lo visto, la historia y Trump no se llevan bien.

En el ya complicado y controversial contexto comercial mundial protagonizado por las decisiones del presidente estadounidense, terminar con el tratado comprometería seriamente la situación financiera del país.

Derivado de la imposición arancelaria de Trump, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que México entre en recesión con una contracción del 1.3% en su PIB, mientras que Canadá experimentaría un crecimiento reducido del 0.7%

Mientras tanto, los canadienses ya han decidido responder con acciones. El descontento con Donald Trump ya se deja sentir en las carreteras: los viajes terrestres de canadienses hacia Estados Unidos cayeron un 23% en febrero respecto al año anterior. Pero el mensaje no se queda en la frontera: Ottawa también ha tomado medidas en el frente económico, imponiendo aranceles espejo a productos clave como el acero y los artículos deportivos.

La misma OCDE estima que la economía estadounidense crecerá un 2.2% este año, una disminución respecto al 2.4% proyectado anteriormente, debido a las tensiones comerciales.

Según un estudio de la Universidad de Aston, una guerra comercial a gran escala protagonizada por los aranceles del 25% (que en algunos casos es mayor el porcentaje) podría generar un devastador impacto de 1.4 billones de dólares en la economía mundial y reducir las exportaciones estadounidenses hasta un 43.6%. 

¿En español? Aquí hay una lista de ejemplos que ayudan a entender lo que significa esta cifra:

  • El PIB (Producto Interno Bruto) – que se mide de acuerdo con la producción de bienes y servicios de un país o Estado a lo largo de un año – de Florida en 2023 fue de 1,5 billones de dólares. Con el impacto que generarán los aranceles daría para comprar casi toda la economía del estado (incluidos edificios, empresas y servicios).
  • En 2024 el gasto público destinado para el sector Salud en México fue de alrededor de 49 mil millones de dólares (980 mil 901 millones de pesos). Con 1.4 billones de dólares se podría financiar todo el sistema de salud mexicano por… ¡28.57 años!

Además, se estima que estos aranceles, junto con las represalias de otros países, podrían reducir el crecimiento del PIB de Estados Unidos en 1.5 puntos porcentuales en 2025 y en 2.1 puntos porcentuales en 2026.

En pocas palabras, es más dinero de lo que la simple lógica nos permitiría imaginar. Y todo por intentar “hacer América grande otra vez”, olvidando que la verdadera grandeza proviene de la cooperación internacional y de la firma de acuerdos que eliminen barreras comerciales.

El sueño económico de todo país es contar con todos los elementos, materias y capacidad para producir y consumir local. En este sentido, debemos de darle el merecido crédito a la imaginación de Donald Trump. Para él, aún es posible regresar a la época en la que Detroit era la principal potencia mundial de la producción automovilística o a la nostálgica “Edad de Oro” industrial estadounidense en la que su país producía alrededor del 50% de toda la manufactura mundial.

T-MEC 

En las últimas semanas el rey del espectáculo, Donald J. Trump, ha anunciado de manera reiterada sus intenciones de terminar con el T-MEC, catalogando el tratado como “un desastre”.

Muchos números, poca claridad. Mucha confusión, poca certidumbre. En términos humanos y entendibles, ¿qué impacto tendría la decisión del que fuera conductor y protagonista de “The Apprentice”?

El T-MEC, firmado en 2018 por Enrique Peña Nieto, Justin Trudeau y (curiosamente) el propio Donald Trump. Por poner en perspectiva la importancia y relevancia del tratado, se incluyen los siguientes datos:

  • En 2024, México se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos, con un intercambio de mercancías que alcanzó los 559 mil 800 millones de dólares entre enero y agosto, representando un incremento del 5.2% respecto al mismo periodo del año anterior.
  • Se estima que en 2024 hubo transacciones comerciales entre Estados Unidos, Canadá y México por un total de 1.6 billones de dólares. O, visto de otra manera, un intercambio comercial de 3 millones de dólares… ¡por minuto!

Todo esto gracias, en gran medida, a la correcta aplicación del T-MEC.

Ahora, la gran pregunta es: ¿realmente Donald Trump puede terminar con el T-MEC? 

La respuesta es sencilla: sí puede hacerlo. 

Y, lo peor, es que podría ser más sencillo de lo que pudiera parecer ya que según el artículo 34.6 del propio tratado, bastaría que el país interesado “presente la notificación por escrito a las otras Partes”, teniendo efecto 6 meses después de la solicitud.

Primero, Trump tendrá que convencer al Congreso de sus intenciones, aunque, sinceramente, también sea tarea fácil ya que el Partido Republicano tiene mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.

En términos tangibles, la cancelación del T-MEC supondría menos empleos, menos inversiones y una reducción significativa en la calidad y cantidad de servicios y productos. Así, a pesar de que parecen cifras abstractas, en realidad son indicadores de cómo el fin de un acuerdo comercial y la aplicación de barreras puede alterar por completo el equilibrio de Norteamérica.

Y pensar que apenas han pasado 3 meses del regreso de Trump a la Casa Blanca. Y pensar que ya puso en la mesa la posibilidad de modificar la Constitución estadounidense para buscar un tercer mandato.

Como bien decía el maestro Pablo Neruda, “queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer.” Ahora ha llegado el momento de aprender y de convertir la crisis en oportunidad. Es tiempo de alianzas, de unidad y, sobre todo, de tener la suficiente templanza y sabiduría para no caer en la tentación de pagar con la misma moneda.

Posdata: de Ucrania no hay más que decir que la guerra sigue, los muertos siguen y las promesas de terminar el conflicto…también siguen. Esperemos, por el bien de la humanidad, que la paloma de la paz vuele pronto.