“CEO busca CEO para compartir estrategias y lo que surja”
LinkedIn arrancó el 2023 con 875 millones de usuarios a nivel global, según datos de la propia app, una cifra muy superior a la de aplicaciones de citas como Tinder o Bumble, con 75 y 45 millones de usuarios activos al mes respectivamente.
Los más incrédulos sobre el potencial de la plataforma como espacio donde flirtear bromean con frases como “CEO busca CEO para compartir estrategias y lo que surja” o “En busca de nuevos retos y oportunidades”, pero el escepticismo de algunas personas choca con la realidad de otras tantas. Ya el verano pasado el hashtag #BeProfessional (Sé profesional) se viralizó, disuadiendo a los usuarios de la plataforma de ligar en la red dedicada al trabajo.
“La primera vez que me pasó, me ocurrió con un espectador, alguien que me veía por televisión”, rememora Ixchel Torres, de 30 años. La periodista cuenta cómo el usuario la agregó a su red de contactos y le escribió para felicitarle por su trabajo, pero rápidamente la conversación tomó otra dirección. “Me empezó a preguntar por cuestiones más personales: si residía en Mérida o cuáles eran mis hobbys. No quise ser borde. Creo que esa es muchas veces la situación en la que nos vemos las mujeres, que queremos ser educadas, pero nos estamos sintiendo increpadas”, añade. Cuando el usuario se lanzó y le confesó que le parecía interesante y que quería invitarla a un café, Ixchel lo frenó y le indicó que LinkedIn no era el lugar indicado para cortejear.
La misma vivencia comparte una usuaria de LinkedIn que ha preferido mantenerse en el anonimato. “Un chico que tenía los mismos intereses que yo, por lo que podía percibir, comenzó a hablarme. No era para felicitarme por la publicación de mi traducción en un videojuego, sino porque le había resultado atractiva, quería saber más de mí y seguir hablando a través de otras redes sociales. Le dejé de responder, porque no me pareció normal”, recuerda. Para la traductora literaria de 24 años, que percibe la red social como una plataforma donde buscar trabajo, cualquier interacción romántica en LinkedIn está fuera de lugar y achaca la deformación del uso de la aplicación a las dinámicas de poder. “Me cuesta entenderlo cuando se trata de mujeres jóvenes que están buscando un primer empleo y un hombre con más experiencia que ellas les habla con otras intenciones totalmente distintas a las de contratarlas”, reflexiona.
Adriana tiene una opinión distinta. A la consultora de comunicación financiera de 24 años no le genera demasiada incomodidad que le tiren ficha por LinkedIn porque no ha tenido vivencias desagradables: “No respondo y no suelen insistir”, explica. La joven argumenta que Tinder también se usa para temas laborales y que LinkedIn no se ha degradado y continúa siendo la red social laboral por excelencia. “Que existan este tipo de intercambios es parte de la vida misma. En el trabajo también se liga”, afirma.
La realidad es que LinkedIn es una red social donde las barreras de entrada a la hora de aceptar a un nuevo contacto son escasas. Se suelen admitir las solicitudes de la mayoría de gente para contar con un círculo más amplio. Cuantos más contactos, mayores son las posibilidades de encontrar empleo, dar a conocer tu trabajo o establecer algún tipo de colaboración. Todo ello no justifica la disparidad de experiencias entre ambos géneros. En un rápido sondeo en redes sociales se puede percibir como entre los hombres el uso de LinkedIn para ligar es una cuestión que genera sorpresa y como para las mujeres no es, por lo general, ninguna novedad. Ante esto, Marta Isern se pregunta: “Si para los hombres sí que es una app profesional, ¿por qué a nosotras no se nos aplica esa misma premisa?”