¿Quién es?
Eufrosina Cruz Mendoza nació el 1 de enero de 1979 en un pequeño pueblo zapoteco en la región de Oaxaca, México. Al haber nacido en una pequeña comunidad indígena, su vida era muy similar a la de la mayoría de las mujeres zapotecas: moler maíz, hacer tortillas, cuidar a los niños y limpiar la casa. Tenía muy pocas posibilidades de poder estudiar, por lo cual a los 11 años decidió salir del pueblo a estudiar español para poder tener un futuro mejor y ayudar a otras mujeres. Esta rebeldía innata fue la que la ayudó a superar la falta de oportunidades que se presentan en las comunidades indígenas de México.
En su entrevista con la revista Vogue México, Eufrosina recuerda como su maestro caminaba alrededor de 12 horas para poder llegar a su pueblo, Santa María Quiegolani. La prioridad de Eufrosina siempre fue ir a la escuela, por lo cual se rebelaba por tener que madrugar para hacer las tortillas, pues era lo que se esperaba de ella en su comunidad. A los 12 años, después de haber recibido palizas por su padre y desprecio de la comunidad por querer continuar estudiando, decidió abandonar su pueblo huyendo de un matrimonio forzado.
A pesar de todos los obstáculos, Eufrosina se licenció en Contaduría Pública, y se graduó con un promedio de 9.7/10. Incluso, en esa misma entrevista afirmó que “Demostré que las mujeres indígenas tenemos cerebro, lo que nos falta son más oportunidades. Tenemos que ir construyendo nuestras oportunidades si la vida las niega.” Es por esto que Eufrosina estaba decidida a generar un cambio en su comunidad.
Su misión cuando se fue del pueblo era poder obtener una educación para generar un cambio en la comunidad y empoderar a las mujeres. Cuando regresó, se dio cuenta que todo seguía igual, pues la mujer seguía siendo sumisa al hombre, sin tener los mismos derechos ni poder votar. Se postuló para la alcaldía de Santa María Quiegolani, pero la tradición indígena exigía que este puesto fuera exclusivamente de un hombre, lo que hizo que el pueblo la ridiculizara y rechazara su propuesta.
418 de los 570 municipios de Oaxaca se rigen por esta tradición ancestral de costumbres indígenas machistas, donde las leyes comunitarias no incluyen a la mujer. La población indígena en México representa alrededor del 12% de todos los mexicanos, con casi 13 millones de personas. Y, a pesar que los enemigos de Eufrosina difundieron todos los chismes y amenazas posibles, su determinación por empoderar y luchar por la mujer la llevaron a empezar a cambiar estas tradiciones antiguas.
Su recorrido político
En el 2007, Eufrosina fue admitida a las elecciones después de toda su oposición. La familia que gobernaba Santa María Quiegolani en ese entonces pensó que nadie en la ciudad se atrevería a ir en contra de la tradición, pero ella logró ganar las elecciones. Sin embargo, la elección fue cancelada por las autoridades masculinas, y la victoria de su alcaldía fue revocada. Las autoridades indígenas justificaron el hecho bajo la ley de “usos y costumbres” presente en la constitución mexicana, la cual establece que las comunidades pueden elegir a sus líderes de acuerdo a sus propias tradiciones.
No obstante, la determinación, perseverancia y rebeldía de Eufrosina volvió a salir a luz, y ella recurrió a organismos de derechos humanos y autoridades estatales. Todo este trabajo la llevó a ocupar la presidencia de la mesa directiva del congreso oaxaqueño en el 2010, convirtiéndola en la primera mujer indígena que ha ocupado ese puesto. Entre el 2012 y el 2015 fue diputada federal y dirigió la Comisión de Asuntos Indígenas. Su experiencia con la ley de “usos y costumbres” le sirvió como enseñanza, e impulsó la modificación de la constitución para que en esa ley se reconociera el derecho de las mujeres indígenas al voto activo y pasivo.
En el 2020, Eufrosina se convirtió en la titular de la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afromexicanos en el Gobierno del Estado de Oaxaca. Además, tiene un libro llamado “Los sueños de la niña de la Montaña”, en donde transmite su vida, su historia por la política y su historia como mujer indígena adulta.
Su mensaje para el mundo
Eufrosina expresó en la entrevista con Vogue que “lo que busco es que estas estas niñas vayan por sus sueños. No tengan miedo porque este siempre va a estar. Quieren ser presidentas, regidoras, doctoras, ¡pues vamos! El ser ejemplo para otras mujeres es una gran responsabilidad de seguir haciendo lo correcto con esa consciencia de libertad, asumiendo las consecuencias que eso signifique, el estar hoy en la secretaría, a favor del aborto, esta rebeldía siempre me ha causado polémica, y quiero que las niñas y las mujeres defiendan su punto de vista, no lo que les impongan. Yo defiendo la libertad, ¿por qué? Porque la libertad es una posibilidad de vida para los que no nacimos con eso, y por ello, la amo.”