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Influencia de AMLO sobre Estados Unidos

El martes pasado en la Casa Blanca el presidente mexicano López Obrador se sentó junto a su homólogo estadounidense en una conversación pública de casi 30 minutos. AMLO alardeó de que la gasolina es más barata en su país gracias a un subsidio parcial, una referencia a los disparados precios del combustible que están perjudicando las posibilidades del Partido Demócrata de mantener el control del Congreso. El alarde de AMLO incluyó una oferta condescendiente de duplicar el suministro de gasolina a las gasolineras fronterizas para los consumidores estadounidenses, resaltando una debilidad política de Biden.

También fue enfático en mencionar que los agravios que ha sufrido México de parte de Estados Unidos no son realmente fáciles de olvidar con el tiempo o con buenos deseos.

En respuesta, el presidente estadounidense Joe Biden reconoció muchos de los puntos que AMLO hizo y se apresuró a persuadir a la prensa que entre los mandatarios “existe una relación fuerte y productiva y, yo diría, una asociación”.

La conversación resume el estado de las relaciones entre los países y la estrategia diplomática de AMLO con la administración de Joe Biden. No es la primera vez que el presidente mexicano lo ha criticado impetuosamente sin recibir ni una muestra de hostilidad a cambio, la lista es larga. Es más, hace poco, el líder mexicano dijo que haría una campaña para derribar la Estatua de la Libertad si el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es extraditado y condenado por cargos criminales por las autoridades estadounidenses.

También ha calificado como un gran error el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la guerra con Rusia, un tema álgido prácticamente intocable para Biden, y coincidentemente, la visita de AMLO a la Casa Blanca se produjo un mes después de que el presidente mexicano boicoteara la Cumbre de las Américas porque Estados Unidos no invitó a los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Varios líderes centroamericanos siguieron su ejemplo y tampoco asistieron a la cumbre.

Joe Biden, en contraste, aplaudió en la reunión el compromiso de México de invertir 1 500 millones de dólares en infraestructura fronteriza en los próximos dos años. El proyecto está destinado a mejorar el procesamiento y la seguridad a lo largo de la frontera. “Y el pueblo estadounidense debe saber, señor presidente”, dijo Biden a López Obrador, “que usted también está haciendo una inversión significativa en su lado de la frontera para mejorar la infraestructura para satisfacer las necesidades de nuestros tiempos y del futuro.”

Para Biden, la inversión fronteriza de AMLO contrasta triunfalmente con la promesa incumplida de Trump de hacer que México pague por un muro fronterizo, pero la realidad es que López Obrador no le está haciendo ningún favor. El proyecto también es de imperativa importancia para él, puesto que no es una buena imagen que los migrantes intenten cada vez más salir del país ni que los centroamericanos estén viajando a través de México sin obstáculos para llegar a Estados Unidos.

México está teniendo serios problemas en las actividades de seguridad y su capacidad para controlar su territorio. En el primer trimestre de 2022, el gobierno mexicano detuvo casi el doble de migrantes que en el mismo periodo del año pasado.

AMLO, de esta forma reconoce astutamente que Biden necesita su cooperación para abordar el número récord de migrantes que hacen la travesía hacia Estados Unidos y para hacer frente a la inflación global. Para EE. UU. es necesario mantener a los aliados cerca en un momento en que el orden mundial está cambiando debido a la invasión de Rusia en Ucrania.

López Obrador parece conocer exactamente la influencia y cierta inmunidad diplomática que estos conflictos le ofrecen sobre su vecino al norte. Esta astucia no es solo visible en su relación con Biden; durante la administración del expresidente Donald Trump, a pesar de sus constantes planes de construir un muro fronterizo y amenazas con aranceles a México si no trabajaba más para evitar que los migrantes intentaran cruzarlo, AMLO mantuvo sorpresivamente una relación cordial con Trump y México nunca pagó nada del muro. El proyecto terminó repudiado por el Congreso estadounidense y Trump fue expulsado de la presidencia. Las administraciones incluso colaboraron armoniosamente en la renegociación de acuerdos comerciales.

Joe Biden se encuentra en una encrucijada sobre cómo responder a las críticas de López Obrador, actualmente ante la comunidad internacional se peligra emanar un mensaje de que la hostilidad pública es aceptada como forma de llamar la atención de EE. UU.

Un objetivo adicional que busca lograr López Obrador con su influencia actual sobre el país anglosajón es concretar las iniciativas de “nearshoring” en México. Las diferencias entre EE. UU. y China presente desde hace años atrás ha empujado que empresas estadounidenses abandonen su producción en el país chino y busquen alternativas para inversión.

Al menos por ahora, los datos de penetración de las importaciones de EE.UU. no apoyan la opinión de que México ha sido un beneficiario neto del nearshoring. La mayor parte de las ganancias han ido a parar a otros países asiáticos como Vietnam, India y Corea.

México tiene el potencial de ganar mucho más que otros países latinoamericanos con el nearshoring y los resultados mediocres en este sentido han recaído en el presidente Andrés Manuel López Obrador. Líderes empresariales, diplomáticos e inversores afirman que AMLO ha sido hostil con algunas empresas extranjeras y sus tendencias autoritarias están ahuyentando la inversión.

El gobierno mexicano se ha mostrado muy optimista en cuanto a la posibilidad de aprovechar las interrupciones de la cadena de suministro causadas por Covid-19, el aumento de los costos de transporte y las subidas de los precios de los combustibles relacionadas con la invasión de Ucrania, lo que hace más atractiva la opción de trasladar la producción a México. El precio de un contenedor que se trae de China a EE. UU. se ha disparado y por ende ahora es más barato producir en México.

Está por verse si la astucia diplomática de AMLO y las condiciones internacionales favorables le permiten consolidar esta oportunidad económica que ha sido desperdiciada por el momento.