El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha asegurado este martes que Israel se encamina hacia una “ofensiva completa” en la franja de Gaza, tras intensificar la dureza de sus bombardeos y matar a dos dirigentes de Hamás, la organización armada islamista que el sábado lanzó el ataque más letal que recuerda el país en su territorio. En las imágenes que llegan del territorio palestino, se pueden ver manzanas de edificios enteras reducidas a escombros, pese a que las milicias de la Franja tienen en sus manos al menos a 130 israelíes, capturados en la operación.
También ha comenzado el lanzamiento de cohetes contra Israel desde Líbano (15, este martes) y Siria, tres, por una facción palestina, según una fuente en el sureste del país citada por la agencia Reuters. En ambos casos, Israel ha respondido con bombardeos. Además, a las cinco de la tarde, hora local (las cuatro en la España peninsular), el brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín al Qasam, ha lanzado, como había advertido, una descarga de cohetes sobre Ashkelon, una ciudad del sur de Israel con 170.000 habitantes. A última hora de la tarde del martes, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha asegurado que los muertos en la Franja desde el sábado ascienden ya a 900, incluyendo 260 niños y 230 mujeres. Los heridos ascienden a 4.600.
“He eliminado todas las restricciones, [hemos retomado] el control de la zona y nos estamos moviendo hacia una ofensiva completa”, ha asegurado Gallant durante una visita a las tropas en la frontera con la Franja, en declaraciones recogidas por medios locales. “Van a tener la capacidad de cambiar la realidad aquí. Ya han visto el precio y vais a poder ver el cambio. Hamás quería un cambio en Gaza, y va a cambiar 180 grados respecto a lo que pensaba. Van a arrepentirse de este momento. Gaza nunca volverá a ser lo que era”.
El portavoz del ejército israelí, Richard Hecht, ya había señalado en la mañana del martes que las Fuerzas Armadas se están “enfocando en la fase ofensiva” y “construyendo las capacidades”, tras haber evacuado a casi todos los habitantes de las localidades en las proximidades de Gaza y recuperado el control de todo el territorio, a excepción de “muy pocos” hombres armados palestinos. A última hora del día, el ejército ha informado de que mató a tres de ellos durante combates —con el apoyo de un dron y de un helicóptero— en la zona de la ciudad de Ashkelon. Israel asegura haber frenado nuevas infiltraciones en las últimas 24 horas y hallado 1.500 cadáveres de milicianos de Hamás que cruzaron en la operación sorpresa del sábado. El último balance de víctimas del Gobierno eleva a 1.200 el número de muertos y a más de 2.700 los heridos en Israel.
En la Franja, unos 200.000 de los 2,2 millones de habitantes ya han buscado refugio, bien por haber perdido sus casas, bien por la intensidad de los bombardeos aéreos y navales israelíes y la previsible incursión terrestre. Muchos de ellos están en escuelas de la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos. Gaza, donde los muertos ascienden de momento a 830, está completamente cercada desde el lunes, al cortar Israel el suministro de alimentos, electricidad y combustible.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) habla de un aumento en las últimas 24 horas del desplazamiento masivo y prevé que aumente. Hecht ha recomendado esta mañana “salir” a través de Rafah a los habitantes de Gaza que puedan, porque se avecina una ofensiva “disruptiva y severa”. Es el único paso fronterizo con la Franja que no controla Israel, y Egipto lo ha cerrado este martes “hasta nuevo aviso”. Apenas funcionaba ya el lunes, tras un bombardeo reciente. En condiciones normales, solo unos pocos palestinos logran salir por allí (tras largas colas y a menudo con sobornos). El lunes solo se le permitía a quien disponía previamente de un permiso de salida.
“Vamos a actuar con mucha severidad. Esto no es el habitual intercambio de golpes contenido en el que media Qatar”, ha señalado en una videoconferencia con periodistas. Posteriormente, el ejército israelí matizó que Rafah está cerrado y que no era “un llamamiento oficial a los residentes de Gaza a salir hacia Egipto”.
El lunes, el portavoz de las Brigadas de Ezedín al Qasam, Abu Obaida, anunció que ejecutarían a uno de los al menos 130 israelíes que capturaron en la operación por cada bombardeo que lance Israel sin aviso previo. El aviso se refiere al disparo de pequeños misiles ―generalmente con muy poca carga explosiva― poco antes del verdadero bombardeo, para que los habitantes salgan corriendo.
Dos de los muertos en un ataque aéreo, en la noche del lunes al martes, son cargos de Hamás, según el ejército israelí. Yoad Abu Shmala era el ministro de Economía del Gobierno de Gaza (en manos de Hamás desde 2007) y Zakaria Abu Maamar, responsable del departamento de relaciones internas. Ambos pertenecen al buró político, no a la rama militar. Una fuente oficial de Hamás ha confirmado las muertes a la agencia Reuters.
Tres periodistas muertos
También tres periodistas palestinos, Said al Taweel, Mohammed Sobboh y Hisham Nawajhah, perecieron en un bombardeo que alcanzó un edificio residencial cerca del puerto pesquero de Gaza capital, ha informado el sindicato local de periodistas.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, ha condenado este estrechamiento del cerco que Israel inició hace más de una década, con el apoyo de Egipto durante algunos años. “La imposición de bloqueos que ponen en peligro la vida de civiles privándolos de bienes esenciales para su supervivencia está prohibida por el derecho internacional humanitario”, ha subrayado en un comunicado.