El éxodo de los habitantes de la denominada “Bay Area” (San Francisco, Oakland y ciudades allegadas) hacia México es una consecuencia de factores múltiples, entre ellos la inflación, motivos culturales, y políticos como los tiroteos masivos y la anulación de Roe v. Wade que abre las puertas a la penalización del aborto.
La extrema división de clases en esta parte de la costa oeste es tangible y afecta social y culturalmente en el día a día a los nativos de la zona. Según datos publicados en febrero de 2022 por la institución EveryOne Counts, el número de personas sin hogar en Oakland ascendió a 3 337, mientras que en el condado de Alameda hay más de 7 000 residentes sin techo.
Estas razones afectan particularmente al grupo demográfico que se está mudando a México en grandes números durante los últimos años, millennials adinerados de la industria tecnológica.
Y es que en México la vida se les ha vuelto significativamente más fácil y comparable en términos de calidad. Solamente tomando en consideración la crisis implacable de vivienda en la “Bay Area”, la reubicación a México es sumamente rentable.
En la zona de Baja, un apartamento pequeño cuesta actualmente entre 70 000 y 90 000 dólares, y en los dos últimos años los precios han subido al menos un 20%. Una unidad de dos dormitorios y dos baños con lavadora y secadora en el centro de San Miguel se puede encontrar por solo 700 dólares al mes.
Karina Rivera, una chef ejecutiva de 35 años nacida y criada en San Francisco y ahora residente en México, se trasladó de Oakland a Guanajuato tras encontrar un apartamento por 250 dólares al mes. Actualmente tiene un visado de turista y su objetivo es conseguir la doble nacionalidad.
La mayoría de la gente joven que llega con el dinero de la tecnología son trabajadores remotos, o “nómadas digitales”, que flotan entre San Miguel y Ciudad de México. Este tipo de profesionales provenientes de EE. UU., Canadá y otras ciudades de México ya viene entablando círculos sociales representativos por la zona en la que habitan.
Ante esto, los lugareños temen que los jóvenes estadounidenses puedan estar aburguesando la zona y trayendo consigo la crisis de la vivienda.
En 2021, el Mexico Daily Post informó de que la ciudad San Miguel de Allende, a la que se ha referido como “Disneyland mexicano”, complace a los “gringos” y expulsa a los lugareños.
Un propietario de un emprendimiento local pequeño dice que ahora los apartamentos comienzan en 500 dólares, lo que está muy fuera del alcance de la persona promedio que vive y trabaja en la zona. Según DataMéxico, a partir de 2021, el salario medio mensual en el estado de Guanajuato es de unos 200 dólares, en moneda estadounidense.
Mientras los estadounidenses presumen de su nuevo y asequible estilo de vida, México, en contraste, se enfrenta a una grave crisis económica: La pobreza ha aumentado un 2% entre 2018 y 2020, y el 44% de la población vive en la pobreza extrema.