Las fuertes subidas de los precios de los alimentos y los fertilizantes causadas por la guerra en Ucrania están creando la peor crisis alimentaria mundial desde al menos 2008, poniendo en peligro inmediato la vida y los medios de subsistencia de 345 millones de personas, dijo el viernes el Fondo Monetario Internacional.
Aunque la crisis alimentaria está afectando a naciones de diversas partes del mundo, el peor impacto lo sufren 48 países, en su mayoría de bajos ingresos, muchos de los cuales dependen de las importaciones de Ucrania y Rusia. Alrededor de la mitad de estos países, como Somalia, Sudán del Sur y Yemen, son especialmente vulnerables debido a los graves problemas económicos existentes y a la debilidad de las instituciones, dijeron los economistas del FMI en un nuevo informe.
La inseguridad alimentaria ha ido en aumento desde 2018, ya que los graves fenómenos meteorológicos, los conflictos regionales y la pandemia de Covid-19 interrumpieron la producción y distribución de alimentos y dispararon sus precios.
La situación se deterioró bruscamente tras la invasión rusa de Ucrania. Las exportaciones de alimentos y fertilizantes de las dos naciones se desplomaron, lo que llevó a algunos otros países a imponer restricciones a las exportaciones. Juntos, los dos países representan el 30% del trigo comercializado a nivel mundial, el 20% del maíz y el 75% del aceite de girasol.
“El resultado es un número sin precedentes de 345 millones de personas cuyas vidas y medios de subsistencia están en peligro inmediato debido a la inseguridad alimentaria aguda”, afirmaron los economistas del FMI, encabezados por la Directora Gerente Kristalina Georgieva, en una nueva publicación del blog. “En todo el mundo, más de 828 millones de personas se acuestan con hambre cada noche”.
Aunque los precios de los alimentos han disminuido desde la reanudación de las exportaciones de grano desde Ucrania, siguen estando muy por encima de los niveles anteriores a la guerra. Y las perspectivas siguen siendo inciertas para el próximo año, ya que la guerra está perturbando las actividades agrícolas y económicas.
El FMI estima que la crisis alimentaria añade casi 9.000 millones de dólares a los costes relacionados con la alimentación de los 48 países afectados, mientras que se necesitan 50.000 millones de dólares para erradicar la inseguridad alimentaria aguda en 2022.
Se espera que el Directorio Ejecutivo del FMI apruebe una nueva ventana de financiación de emergencia para hacer frente a la crisis alimentaria, poniendo a disposición de los países más vulnerables miles de millones de dólares durante el próximo año.
El nuevo programa se pondrá en marcha mientras el FMI y el Banco Mundial se preparan para celebrar una reunión en Washington a partir del 10 de octubre para debatir la desaceleración económica mundial y otros asuntos relacionados. Entre los temas que debatirán los funcionarios de finanzas y los banqueros centrales de todo el mundo se encuentran la alta inflación, el aumento de los tipos de interés, el incremento de las turbulencias en los mercados y los efectos de la invasión rusa de Ucrania.
Muchas economías avanzadas se enfrentan a un fuerte deterioro de sus perspectivas económicas, pero entre los países más afectados se encuentran las economías de mercado emergentes y en desarrollo que dependen de combustibles y productos básicos importados cada vez más costosos. Muchos de ellos también se enfrentan a un empeoramiento de la carga de la deuda en medio del aumento de los tipos de interés mundiales y la depreciación de la moneda.