La pobreza extrema en México: ¿Qué hemos logrado y que nos queda por hacer?

A pesar de que el Gobierno de López Obrador logró reducir la pobreza extrema por ingresos, también se observó un aumento generalizado en la falta de acceso a servicios de salud

El 10 de agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de México presentó oficialmente las estimaciones de la pobreza correspondientes a 2022. Los resultados más destacados revelaron una notable disminución en la tasa de pobreza multidimensional, tanto en comparación con 2020 (del 43.9% al 36.3%) como en comparación con 2018 (del 41.9% al 36.3%).

La reducción con respecto a 2020 era previsible, ya que la encuesta de ese año se realizó durante la pandemia. Sin embargo, la disminución del 5.6% de la población en situación de pobreza entre 2018 y 2022 es un logro digno de mención. Esto significa que actualmente hay 5 millones menos de personas en situación de pobreza en comparación con 2018, y 7.2 millones menos de lo que habría si la tasa de pobreza de 2018 se hubiera mantenido constante.

Un punto importante a destacar es que la reducción de la pobreza multidimensional en México en el período 2018-2022 se concentró en la pobreza moderada, que disminuyó de 34.9% a 29.3%, una reducción equivalente a la pobreza total. Esto indica que no hubo mejoras en la pobreza extrema, y los resultados en este aspecto fueron mixtos. Por un lado, hubo un avance en la pobreza extrema por ingresos, que disminuyó del 14% al 12.1% entre 2018 y 2022, lo que representa aproximadamente 2 millones menos de personas en esta categoría. Este logro es particularmente significativo, ya que representa la tasa más baja de pobreza extrema por ingresos en los últimos 30 años desde que se tienen estimaciones oficiales en México.

Sin embargo, al analizar la pobreza extrema multidimensional, que incluye indicadores de otras carencias sociales además de los ingresos, la tasa de pobreza se mantuvo prácticamente constante, aumentando solo del 7.02% al 7.06% entre 2018 y 2022. La explicación de esta diferencia radica principalmente en el aumento generalizado de la falta de acceso a servicios de salud observado en este período. Este indicador pasó del 16.2% al 39.1% entre 2018 y 2022, lo que representa un aumento de más de 30 millones de personas sin acceso a servicios de salud.

Este aumento en la carencia de acceso a servicios de salud se debe en gran medida al intento fallido del Gobierno de reemplazar el Seguro Popular con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). A pesar de las deficiencias del Seguro Popular, había logrado registrar y afiliar a muchas personas a lo largo de los años. La transición al Insabi fue caótica y careció de información adecuada para la población. Este intento de centralización fracasó y fue reemplazado por una nueva propuesta llamada IMSS-Bienestar.

Sin embargo, la falta de información y la incertidumbre persisten entre la población, lo que ha llevado a un aumento en la atención médica proporcionada por farmacias, consultorios y hospitales privados, pasando del 50% en 2018 al 63% en 2022. Es crucial abordar esta problemática y brindar información clara a la población sobre cómo y dónde acceder a servicios de salud públicos.

El IMSS-Bienestar enfrenta un desafío monumental al tener que afiliar, proporcionar credenciales y educar a la población sobre cómo ejercer su derecho a la salud, además de expandir la infraestructura médica en el país. Es alarmante que el aumento más significativo en la falta de acceso a servicios de salud haya ocurrido en los estados más pobres de México, como Chiapas y Oaxaca, con un aumento cercano al 50% entre 2018 y 2022. Es imperativo abordar esta problemática de manera urgente y proporcionar información adecuada a la población sobre cómo acceder a la atención médica.

Es esencial destacar que la percepción de la población de no tener acceso a servicios de salud no necesariamente refleja la realidad de la infraestructura hospitalaria, que se ha mantenido estable entre 2018 y 2022. Sin embargo, la falta de información ha llevado a un aumento en la atención médica privada, lo que representa un mayor gasto para la población. Corregir esta situación es fundamental para garantizar que aquellos que más lo necesitan puedan acceder a la atención médica pública de manera efectiva. Este es un desafío crítico en el esfuerzo continuo por combatir la pobreza en el país.