La presidenta de la Comisión Europea ha prometido una política comercial reforzada para combatir la influencia global que ejerce China. Pero cuando Ursula von der Leyen anunció sus planes, no realizó ninguna mención al estancado pacto comercial con el mayor bloque comercial de América Latina, Mercosur.
En su intervención en Estrasburgo este mes, von der Leyen afirmó que presentaría los acuerdos comerciales con México, Chile y Nueva Zelanda para su ratificación por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, y que proseguiría las conversaciones con Australia e India. Pero el amplio pacto de 2019 con el bloque sudamericano del Mercosur fue ignorado. El Mercosur incluye a Brasil y Argentina, dos de las mayores economías de una región en la que el comercio y las inversiones chinas han crecido significativamente en las últimas dos décadas.
Bruselas está esperando el resultado de las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, insistiendo en que Brasilia firme un compromiso separado para proteger la Amazonia, antes de ratificar el acuerdo de Mercosur. Las encuestas sugieren que el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva derrotará al populista de derecha Jair Bolsonaro, que ha tensado las relaciones con la mayoría de los líderes de la UE por no haber frenado la deforestación ni apoyado los derechos de los indígenas.
Pero la falta de avances ha preocupado a Josep Borrell, responsable de la política exterior de la UE. En julio, el español preparó un documento confidencial para los ministros de Asuntos Exteriores, en el que se planteaba la necesidad de dar un “salto cualitativo en las relaciones” con América Latina y el Caribe en un plazo de 18 meses.
Advierte de la “sensación de desvinculación de la UE”. La incapacidad de cerrar acuerdos comerciales “socava la credibilidad de la UE”, mientras que “la presencia e influencia de China en la región ha aumentado exponencialmente”.
Aunque Lula suele ser partidario de estrechar lazos con la UE, uno de sus aliados más cercanos declaró al diario británico Financial Times que un nuevo gobierno de Lula intentaría renegociar partes del acuerdo de Mercosur.
Lula, que fue presidente durante dos mandatos, de 2003 a 2010, considera que la asociación con la UE es “estratégica para Brasil y para América Latina”, afirmó Celso Amorim, su ministro de Asuntos Exteriores durante esa época.
Sin embargo, Amorim, que ha asesorado a Lula en política exterior tras su dimisión, afirmó que un gobierno de Lula probablemente “querrá algunos ajustes” en el texto del pacto y que le preocupan aspectos como la protección de la propiedad intelectual y la contratación pública. “Queremos estar seguros de que nada impide el desarrollo técnico o industrial de Brasil”, afirmó. “No queremos seguir siendo sólo un productor de materias primas”.
Cualquier cambio tendría que ser acordado por los socios de Brasil en Mercosur, Argentina, Uruguay y Paraguay, así como por los 27 Estados miembros de la UE.
Un gobierno de Lula, añadió Amorim, está abierto a los cambios que quieren los europeos para reforzar las disposiciones sobre el clima y los derechos humanos “siempre que esto no interfiera con la soberanía brasileña”.
Lula sugirió el mes pasado que el tratado UE-Mercosur era desfavorable para Brasil en algunas áreas. “Las negociaciones deben ser algo en lo que todos ganen… lo que queremos en la discusión con Europa es no ceder en nuestro interés por la reindustrialización [de Brasil]”, dijo a periodistas extranjeros.
Sin embargo, un funcionario de la UE afirmó que reabrir un acuerdo que tardó años en concluirse sería una “pesadilla”, especialmente porque muchos Estados miembros se han vuelto más escépticos a la hora de hacer nuevos acuerdos comerciales desde 2019.
Pedro Migue da Costa e Silva, embajador de Brasil ante la UE, afirmó que Brasil ha firmado todos los tratados internacionales pertinentes: “No hay que tomar el acuerdo como rehén porque se tengan estas otras cuestiones”, afirmó en una entrevista.
Brasilia podría discutir la firma de un acuerdo conjunto para frenar la deforestación, pero debe ser “equilibrado y equitativo”, afirmó, señalando que su país tenía otros pretendientes. “La asociación estratégica que forjamos con la UE ha estado inactiva. América Latina está fuera del mapa para la UE”.
El estancamiento del acuerdo con Mercosur no es la única arruga en las relaciones comerciales de la UE con América Latina.
El acuerdo de comercio y asociación con México lleva cuatro años sin ratificarse debido a la preocupación de Europa por los derechos medioambientales y laborales. El de Chile sigue pendiente de aprobación después de que París bloqueara el acuerdo con la UE debido a la preocupación de los agricultores franceses por el aumento de las importaciones de pollo.
El Comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, viajará a América Latina este año. Un funcionario de la UE, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que la guerra en Ucrania ha demostrado que la UE necesita un mayor número de aliados, especialmente los países democráticos de América Latina.
“Si quieres ganar votos en la ONU no puedes confiar sólo en la UE, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur y Japón. Necesitamos trabajar con muchos más países”.
América Latina, gran productora de cobre y litio, es también una fuente de minerales vitales para la transición energética verde de la UE.
“África ya está alquilada a China porque han sido más estratégicos que las democracias. No podemos permitir que ocurra lo mismo con América Latina”, afirmó el funcionario.
Javi López, socialista español que preside la delegación del Parlamento Europeo para América Latina, afirmó que una victoria electoral de Lula sería una oportunidad vital para forjar mejores relaciones.
“Somos buenos amigos, pero tenemos que invertir tiempo y capital político si queremos ser aliados”, afirmó, añadiendo que hacía siete años que no había una cumbre entre la UE y América Latina.
“La Amazonia está siendo utilizada como excusa para frenar el comercio. Algunos países [de la UE] están protegiendo sus industrias agrícolas”.
La Comisión afirmó que los acuerdos con México y Chile podrían presentarse para su ratificación a los Estados miembros y al Parlamento Europeo este año. En cuanto al pacto con el Mercosur, añadió: “Esperamos colaborar con las autoridades brasileñas, así como con los demás países del Mercosur, para llevar a buen término el proceso en curso.”