El 2022 en Latinoamérica se ha caracterizado por máximos históricos alcanzados por el dólar debido al incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, lo cual ha generado una devaluación en las monedas latinoamericanas y un incremento en la inflación. El incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, la cual aumentó entre un 1,5% y un 1,75%, generalmente atrae a los inversionistas hacia el dólar ya que aumenta la rentabilidad de sus inversiones, lo que hace que la demanda de la moneda incremente. El Fed no había incrementado las tasas de interés de tal manera desde 1994, lo cual perjudica gravemente a todas las economías que dependen del dólar para pagar las importaciones, y además incrementa las deudas llevadas en dólares por los gobiernos.
Además de esto, factores externos como la guerra en Ucrania y las tensiones locales en Latinoamérica han generado un contexto de inestabilidad, lo cual ha generado un debilitamiento de las monedas de la región. Un dólar fuerte y alto – casi a la altura del euro (lo cual no se veía desde el 2002) – hace que la actividad económica en los países en desarrollo se vuelva más lenta. Al tener un crédito elevado, los préstamos se vuelven más costosos y complicados para los países, las empresas y las personas, y se genera una desaceleración masiva en toda la actividad económica.
Otra consecuencia generada por estos máximos históricos es la subida de precio de los productos importados, lo cual va mano a mano con un incremento en la inflación. Igualmente, al fortalecerse el dólar, se encarece el pago de la deuda en dólares, lo cual obstaculiza a la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, ya que estos tuvieron que mitigar las consecuencias de la pandemia con fondos prestados. En resumidas cuentas, un dólar alto perjudica la inversión fuera de EE.UU. ya que se vuelve más rentable invertir dentro, y además genera menos consumo, lo cual estanca la recuperación y el desarrollo de los países en Latinoamérica.
De acuerdo al índice ‘Bloomberg Dollar Spot Index’ el dólar, en relación a otras 10 monedas fuertes del mundo, se apreció un 12% en el 2021, y en lo que va del 2022 se ha apreciado alrededor de 7%. Argentina, Chile y Colombia son los países de la región que han sufrido las peores devaluaciones en su moneda frente al dólar. Y aunque los tres se ven afectados por los mismos problemas externos (la guerra de Ucrania y el incremento en las tasas de interés en EE.UU.), cada uno tiene sus propios problemas internos que contribuyen a esta devaluación.
El peso argentino es la moneda que más se ha devaluado en la región en lo que va del 2022, con una devaluación respecto al dólar del 25% al tipo de cambio oficial y 50% al MEP (mercado electrónico de pagos). No es una sorpresa que el peso argentino sea el más devaluado, ya que esta ha sido la tendencia en los últimos años. Las constantes crisis económicas que ha padecido el país, junto con los ciclos inflacionarios, han generado una desconfianza en el peso argentino, lo cual ha llevado a la población a recurrir al dólar. Además, la agitación política que se ha presentado últimamente con la renuncia del ministro de Economía ha contribuido a esta desconfianza. Argentina tiene una inflación interanual de alrededor de 62%, lo cual impulsa a las personas a refugiarse en el dólar.
El segundo puesto se lo lleva el peso chileno, después de haber alcanzado un récord histórico de 1.000 pesos por dólar el 6 de julio del 2022, con una depreciación del 12,3% frente al dólar. Uno de los acontecimientos que influyó en la depreciación del peso chileno es la debilidad de ciertos metales, en especial el cobre que ha caído cerca de 20%. Esto generó un deterioro en el intercambio de la economía ya que el peso está correlacionado con el precio del cobre. Es importante también tener en cuenta el hecho que el mercado chileno está expuesto a incertidumbre y riesgo político futuro, lo cual le suma factores internos que causan esta devaluación.
En el caso de Colombia, la devaluación se dio mayormente por el riesgo político y la incertidumbre generada por la llegada de Gustavo Petro al poder. Políticas impulsadas por el nuevo gobierno, como no firmar nuevos contratos de exploración petrolera, hace que las posibilidades que el país enfrente un déficit de divisas y devaluación incrementen. Según Ricardo Ávila, analista senior del periódico colombiano El Tiempo, “En el último mes el peso colombiano se ha devaluado mucho y eso coincide con la elección de Petro.” El peso colombiano registra una devaluación del 9,23% en lo que va del 2022, lo cual alarma la economía colombiana ya que esta depende bastante del dólar.
Pero este fenómeno no solo está impactando fuertemente esta región, pues varios economistas aseguran que el mundo entero está por afrontar un período de estanflación, donde se mezcla un estancamiento económico con una inflación bastante alta. Varios organismos internacionales han advertido que EE. UU. y Europa posiblemente entrarán en una recesión. Lo más probable es que la mayoría de inversionistas saquen su capital de economías emergentes y lo inviertan en los Estados Unidos, impactando aún más Latinoamérica.