Según un estudio del WorkLab de Microsoft, las horas consecutivas de reuniones en línea son estresantes. ¿Cuál es la solución recomendada? Hacer descansos, aunque sean breves, entre reunión y reunión.
Investigadores del laboratorio de Microsoft pidieron a 14 personas que participaran en reuniones en línea mientras llevaban un dispositivo de electroencefalograma (EEG), que se utilizó para monitorizar la actividad eléctrica de sus cerebros.
Cada uno de los voluntarios participó en dos sesiones de reunión diferentes, una con cuatro reuniones consecutivas de media hora y una segunda también con cuatro reuniones de media hora, pero esta vez intercaladas con descansos de 10 minutos.
Durante los descansos, los participantes experimentaron breves sesiones de meditación. Esta actividad se seleccionó con el objetivo específico de obtener datos comparables (si cada sujeto hubiera realizado actividades diferentes, habría sido difícil compararlos).
El resultado fue que, en dos horas consecutivas de reunión, la actividad media de las ondas beta, las asociadas al estrés, aumentó con el tiempo. Esto significa que el estrés seguía acumulándose.
Pero si los sujetos de prueba se tomaban un descanso, la actividad de las ondas beta disminuía, lo que permitía una especie de “reinicio” que les permitía empezar la siguiente reunión en un estado más relajado.
Según datos de otro estudio de Microsoft, que estudia anualmente las tendencias de productividad en el lugar de trabajo, el 23% del tiempo de trabajo se dedica a reuniones en línea.
Para un trabajador a tiempo completo que trabaje 40 horas semanales, esto supone más de 9 horas.
Por lo tanto, es crucial que esta cantidad de horas se alterne adecuadamente con descansos.