“López Obrador está convirtiendo a México en un estado militarizado”, es el título del artículo publicado por Milena Ang, profesora asistente de la Universidad de Texas en el Financial Times.
Advierte de lo sorprendente que resultó la decisión de Estados Unidos de retirar los cargos por vínculos con el narcotráfico del general Salvador Cienfuegos, ex-Secretario de la Defensa Nacional en México, debido a la voluntad del presidente a complacer a las Fuerzas Armadas, que están cobrando cada vez mas importancia en la vida publica mexicana.
La profesora pone en relieve la gran disonancia en el discurso de López Obrador entre el caso de Genaro García Luna –ex-Secretario de Seguridad Pública, encerrado en EEUU por los mismos cargos– y el de Cienfuegos. Del primero, señala, el presidente ha dicho que fue el orquestador de un “narco estado”. Mientras que, del segundo, AMLO no solo se limitó a no hacer juicios, sino que hizo todo lo posible para asegurar su liberación. Incluso, según se dice, amenazando con el cese de actividades de la DEA en suelo mexicano si no se liberaba el general.
“Entonces, ¿qué tiene de diferente el señor Cienfuegos? ¿Y por qué el Gobierno de Mexico hizo tales esfuerzos para asegurar su libertad? La decisión aparentemente revela el continuo deseo de López Obrador de complacer al ejército, una institución que ha ido ganando poder político y financiación durante más de una década”, señala la autora.
“Durante su campaña presidencial de 2018, López Obrador se comprometió a revertir esta escalada y ‘devolver al ejército a los cuarteles’. Sin embargo, durante los siguientes dos años, su administración expandió su alcance, colocando al ejército a la vanguardia de la seguridad pública. En los primeros meses de su mandato, creó una Guardia Nacional, dependiente en gran medida del ejército, encargada de “prevenir el delito, preservar la seguridad pública y combatir el delito”. Desde entonces, esta militarización se ha expandido mucho más allá de la seguridad”.
Además, advierte que la cada vez más presente actividad militar ya resultaba de por sí preocupante, señalando que la Secretaría de la Defensa tenía ya el récord, entre las instituciones mexicanas, de más denuncias por violación a derechos humanos por casos como desaparición forzada, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
“La liberación del señor Cienfuegos, de 72 años, sugiere que es probable que la situación empeore”, advierte el texto, refiriendo que, como titular del Ejército, se presentaron una serie de escándalos, todos documentados apropriadamente, como el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero o la matanza de 22 civiles en Tlatlaya, en manos de militares. “En ambos casos, los procesos judiciales prolongados y complicados empañaron cualquier posibilidad de hacer responsables a los miembros del ejército”.
Con todo lo anterior, indica la autora, el gobierno de López Obrador ha hecho todo lo posible para apaciguar a los militares protegiendo a sus altos mandos.
“En la noche del 17 de noviembre, Cienfuegos voló de regreso a México después de que se retiraran los cargos de Estados Unidos. A su llegada, se le notificó formalmente que se había abierto una investigación en su contra. Luego se dirigió a casa. Todo lo que queda por hacer ahora es esperar a que Cienfuegos sea ‘investigado y, si corresponde, acusado según las leyes mexicanas’, como lo expresaron conjuntamente los gobiernos de Estados Unidos y México”, advierte insistiendo en lo preocupante que esta situación se vuelve en el contexto actual.