Andrés Manuel López Obrador ha afirmado este jueves que la salida de Citigroup de la banca comercial en México y la venta de Banamex puede ser una buena noticia si la entidad se queda en manos del gran capital del país. “Podemos convertirlo en algo muy bueno si, sin medidas autoritarias, se logra mexicanizar este banco, que era de mexicanos desde el siglo XIX”, ha manifestado el presidente en un mensaje difundido en las redes sociales. El mandatario ha dejado clara su apuesta y ha aplaudido el interés expresado públicamente por Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca y TvAzteca y tercer hombre más rico de México. Sin embargo, ha incluido en la lista de posibles compradores también a Carlos Slim y Carlos Hank González, presidente del Consejo de Administración de Banorte, y no ha descartado la participación de empresarios extranjeros para hacerse con un grupo que cuenta con 1,4 billones de pesos en activos.
“Pueden ser inversionistas mexicanos los que se queden con Banamex, regresar Banamex a México. Celebro que Ricardo Salinas Pliego haya manifestado su interés en comprarlo, él tiene ya Banco Azteca y creo que tiene los recursos para hacerlo. Lo mismo podría pensarse de Carlos Slim, de Inbursa, de Carlos Hank González, de Banorte, de otros… Me mandó un recado José Javier Garza Calderón, de Nuevo León”, ha dicho López Obrador en referencia al presidente de la asociación de empresarios afines a la Cuarta Transformación. “Y debe de haber muchos otros inversionistas, banqueros mexicanos”, ha añadido. El perfil más viable, según los expertos, es el de un banco mediano que ya exista en el país.
Salinas Pliego ha tardado minutos en reaccionar y desde Twitter, su habitual, ha vuelto a levantar la mano. “Confirmado. Apúntenme en la lista de compradores. ¡Vamos con todo!”, ha escrito. “Vamos viendo a cómo nos dejan el changarrito y a aprovechar el tiempo libre para evaluar bien la compra, ¿será conveniente?”, se ha preguntado en otro tuit.
El presidente, que se encuentra de baja por su segundo contagio de covid-19, ha grabado un video desde su despacho en el Palacio Nacional acompañado de los secretarios de Gobernación y de Hacienda, Adán Augusto López y Rogelio Ramírez de la O. Ha tratado de rebajar la inquietud que ha generado la decisión de Citigroup, que llevaba más de 100 años en el país, y la ha desvinculado del panorama de las inversiones y de la estabilidad de la economía nacional. Ha señalado que la salida tiene que ver con la política del grupo financiero estadounidense de “de regresar a lo que era, un banco mayorista, y dejar la banca de consumo”. Ha comparado la operación con otras similares en China, la India, Brasil, Argentina o Colombia y, en definitiva, ha presentado la venta del banco como una oportunidad.
Este entusiasmo, ha matizado, “no significa impedir que participen” inversores extranjeros en la convocatoria o subasta del antiguo Banco Nacional de México. “Nosotros no estamos cerrados, no somos chovinistas. Pero sí nos gustaría que se mexicanizara este banco”, ha insistido. “También suele pasar que las ganancias de la banca cuando los accionistas son extranjeros no se reinvierten en nuestro país”. Eso, en su opinión, eso no solo confunde con la fuga de capitales, sino que afecta al sistema impositivo. “Hay esa posibilidad, oportunidad de que inversionistas mexicanos se puedan quedar con Banamex y en esta discusión es obvio, no está de más decir, que esta operación dejaría también impuestos y miles de millones de pesos entrarían a la Hacienda Pública”, ha afirmado.
López Obrador, pese a su discurso aparentemente combativo con los grandes poderes económicos, mantiene contactos constantes con algunos de los principales empresarios del país y suele exhibirlos. Se reúne periódicamente con Carlos Slim, la última vez a finales de diciembre. No ha ocultado su relación con Salinas Pliego y estas semanas está definiendo con el Consejo Coordinador Empresarial un paquete de inversión mixta, pública y privada, en infraestructuras.