México es uno de los entusiastas sin suerte de las Copas del Mundo. Solo ha dejado de asistir en cinco de las 22 ediciones, la última vez ocurrió en Italia 1990 cuando la FIFA suspendió al país por falsificar documentos de una selección juvenil. A partir de entonces no ha dejado de meterse al torneo, aunque tampoco ha logrado superar la fase de octavos de final, su mayor losa. Este miércoles, en la última fecha de eliminatorias, garantizó su lugar en Qatar tras superar a El Salvador en el césped del estadio Azteca 2-0.
Canadá rebasó a la selección mexicana en el camino a Qatar. El conjunto canadiense plantó cara al Tri para quedarse con el liderato de la clasificación. En el estadio Azteca, que era el búnker mexicano, el conjunto canadiense le empató 1-1 y en la nevada de Edmonton le venció 2-1. Eso sirvió para que los de la hoja de maple se consolidaran en el liderato en la Concacaf. El segundo sitio se lo quedaron los mexicanos y luego EE UU.
Estados Unidos, rival de abolengo, le propinó otra derrota como visitante, 2-0, que puso contra las cuerdas al equipo de Martino. En el partido en el Azteca, México sobrevivió al ataque de EE UU para un 0-0. En el resto de partidos, el Tri pudo ganar, aunque sin brillo. Las únicas victorias que dieron certidumbre fueron el 3-0 a Honduras y el 2-0 de este miércoles contra El Salvador, que significó una redención ante la afición que ha estado molesta con su equipo y que ha recurrido al grito homófobo de “puto” para castigar a los suyos.
En México aún recuerdan con cierta nostalgia los procesos impolutos de Ricardo La Volpe, para el Mundial de 2006, y de Juan Carlos Osorio, en Rusia 2018. Con el primero, el Tri no tuvo ningún sobresalto en la eliminatoria y se situaron segundos; con el segundo, se quedaron con el liderato en la zona, vencieron a EE UU de visita y solo perdieron un partido. Con Martino hubo demasiadas dudas cuando su equipo perdió las finales de la Nations League y la Copa Oro, ambas frente a Estados Unidos. A esto se le sumó el ocaso de la generación dorada, la misma que ganó el mundial sub 17 en 2005 frente a Brasil.
Carlos Vela, el mago de la Real Sociedad, dimitió de la selección; Giovani Dos Santos afrontó la jubilación de manera premeditada y Javier Chicharito Hernández fue apartado del equipo debido a problemas de vestuario. El entrenador argentino le confió la delantera a Raúl Jiménez, pero en 2020 este sufrió una fractura de cráneo que le marginó del fútbol por más de nueve meses. Hirving Lozano, perla mexicana, se perdió en la espiral del Nápoles. Martino pidió nacionalizar al delantero argentino Rogelio Funes Mori, quien ya se había hecho un nombre en el fútbol mexicano, aunque la apuesta solo le valió para un gol en las eliminatorias frente a Honduras.
La gestión de Martino, que comenzó a inicios de 2019, ha cobijado a dos centrocampistas que han ganado fuelle, como Edson Álvarez (Ajax, 24 años) y Carlos Rodríguez (Cruz Azul, 25), además de del corredor de obstáculos Uriel Antuna (Cruz Azul, 24) y Alexis Vega, un delantero con pies que miman el balón (Chivas, 24). La portería está bien definida con Guillermo Ochoa (América, 36 años).
Para 2026, México no sufrirá en las eliminatorias porque ya tiene su lugar asegurado en el Mundial al ser co-anfitrión junto a Estados Unidos y Canadá, en el torneo más grande de la historia con 48 selecciones.