Ocho años después, las familias de los 43 estudiantes de Ayotzinapa han vuelto a la principal plaza de México a pedir justicia. En un Zócalo blindado resonaban las palabras de uno de los padres de los jóvenes desaparecidos tras casi una década de lucha: “No hemos conseguido ni verdad ni justicia”. La marcha por los normalistas ha comenzado en la tarde de este lunes en el Ángel de la Independencia con un millar de personas, entre estudiantes y colectivos de todas partes del país. A su llegada a Palacio Nacional, alrededor de las 19.00 horas, los manifestantes han pedido al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador esclarecer, por fin, lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014.
La fecha marcada en el calendario señala el día en el que un grupo de 43 normalistas, estudiantes de magisterio de una escuela rural, desaparecieron en el pueblo de Iguala, en el Estado de Guerrero, sin que se haya aclarado todavía el porqué. Hasta el momento, solo se han hallado pequeñas porciones de huesos de tres de ellos. El actual Ejecutivo presentó hace unas semanas un informe en el que implica al Ejército en la desaparición de los estudiantes y ha pedido órdenes de aprensión contra, al menos, una veintena de militares. Esta nueva reconstrucción contradice a la llamada “verdad histórica”, la teoría formulada por la anterior Administración de Enrique Peña Nieto. Uno de los artífices de la versión anterior, el exprocurador Jesús Murillo Karam, fue detenido el mes pasado y acusado por desaparición forzada, tortura y obstrucción a la justicia.
Desde el inicio de este lunes, los manifestantes han presentado carteles en los que se leía un mensaje: “Fue el Ejército”. Uno de ellos lo llevaba Minerva Nájera, profesora de una escuela secundaria de Ciudad de México. “No hay verdad, sólo fragmentos de verdad. Es lo que le ha convenido a los Gobiernos, son fragmentos de verdad”, contaba la maestra mexicana.
Ese mismo mensaje ha sido reiterado por los familiares. “Desde el principio, este presidente se comprometió a esclarecer el caso, quizás para ganar popularidad y confianza. Cuando se llegó al punto de tocar al Ejército todo se vino abajo”, ha señalado uno de los padres, que ha mostrado un descontento compartido por todos los reunidos en la plaza central de la capital. “Nunca pensé que hubiera un Gobierno tan cobarde e inhumano”, ha criticado.
El esclarecimiento del ataque de Iguala fue una de las promesas estrella de López Obrador a su llegada al poder. Bajo su mandato se creó una comisión y una unidad dentro de la Fiscalía General de la República (FGR) dedicada a estudiar el caso. Las últimas semanas, con la presentación del informe y las nuevas detenciones, todo se ha precipitado. “Como el Gobierno anterior, nos mienten”, ha señalado Hilda Hernández, madre de César Manuel González, que ha asegurado que llegarán a la “verdad”. Hernández e Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa, han recordado uno de los principales reclamos de las familias: la presentación de restos de sus hijos. “Se habla de la muerte de nuestros hijos, pero no nos dan pruebas”, ha señalado Legideño.
Al grito de “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, la plaza del Zócalo, que la noche de antes se llenaba con ambiente festivo por el concierto de Grupo Firme, ha tocado el otro extremo en menos de 24 horas con la manifestación de cientos de personas. En un país que ya ha superado la cifra de 100.000 desaparecidos, la marcha de este lunes iba más allá de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. La profesora Minerva Nájera ha asegurado, al señalar a los centenares de manifestantes provenientes desde Jalisco al Estado de México que han acudido a la protesta: “Están manifestándose por los miles de desaparecidos que hay en México”.