Los empleados de la planta de General Motors en Silao, en el Estado de Guanajuato, tienen nuevos representantes. El Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) ha obtenido el 76% de los votos y le ha arrebatado la titularidad del contrato colectivo a la poderosa Confederación de Trabajadores de México (CTM). Los resultados de esta consulta inédita, celebrada este martes y miércoles, resuelven un conflicto laboral que se había convertido en un punto de tensión entre EE UU y México en el marco del TMEC.
El sindicato independiente ganó 4.192 de los votos de un total de 5.478 emitidos y podrá sentarse con la empresa automotriz a negociar un nuevo contrato colectivo, ha informado este jueves el Centro Federal de Conciliación. La CTM, un gigante fundado en 1936 con 4,5 millones de afiliados que ostentaba la representación sindical desde hace más de dos décadas, ha logrado apenas 247 votos. La participación ha sido alta, con un 88% de los trabajadores registrados en el padrón.
La consulta de esta semana es el último capítulo de una telenovela laboral con tintes diplomáticos. En abril, se celebró una primera votación que resultó favorable a la CTM. Sin embargo, la Secretaría del Trabajo encontró “irregularidades graves que fueron determinantes para su desarrollo y para el resultado de la votación” y ordenó la repetición del procedimiento.
Al mismo tiempo, Estados Unidos presentó una queja en el marco del TMEC. Por primera vez desde que entró en vigor el nuevo acuerdo, la Representación Comercial del Gobierno de Joe Biden activó el conocido como Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida, un procedimiento de resolución de controversias, tras percibir violaciones a los derechos de los trabajadores en esta fábrica que exporta a EE UU y, por tanto, un incumplimiento del TMEC.
En agosto tuvo lugar una segunda votación, monitoreada por observadores del Instituto Nacional Electoral y la Organización Internacional del Trabajo. El 55% de los trabajadores rechazaron el contrato colectivo negociado entre Tereso Medina, senador del PRI y líder local de la CTM, y la empresa automotriz. Una vez rechazado, se abrió la posibilidad de que otro sindicato asumiera la representación laboral. La votación de esta semana ha sellado ese cambio de manos.
El resultado es fruto, además, de la reforma laboral impulsada desde 2017 ante las exigencias de Canadá y EE UU para negociar el nuevo tratado comercial, que refuerza las cláusulas sobre los derechos laborales de los trabajadores. Las modificaciones a la Constitución y a la ley instauraron el “voto libre, anónimo y secreto” de los afiliados para elegir a sus representantes y votar el contrato colectivo de trabajo. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador la ha presentado como la panacea a la corrupción que históricamente ha marcado a los sindicatos mexicanos.
La reforma, sin embargo, ha dado resultados mixtos. La victoria del sindicato independiente en la planta de General Motors contrasta con las elecciones para la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Ricardo Aldana, colaborador estrecho del antiguo cacique Carlos Romero Deschamps, se impuso a sus 24 contrincantes con un 70% de los votos. Los candidatos críticos han denunciado irregularidades durante los comicios y el Centro Federal de Conciliación registró 191 quejas, que tendrá que resolver en los próximos días.