La pregunta en vísperas de elecciones no es solo quién se postulará para presidente, sino a quién le dejarán que lo haga. Este jueves, los líderes del PRI, PAN y PRD, es decir, la oposición del Frente Amplio por México, se reunieron en Nuevo León para enviarle un mensaje al gobernador de ese Estado, Samuel García: ellos tienen la mayoría en el Congreso e impedirán que obtenga su licencia para salir a competir por la presidencia de la República el 2 de junio de 2024. Movimiento Ciudadano no ha decidido aún si presentará un líder propio en esas elecciones o tomará otros caminos y esa es la razón de que un día con otro, el destino inmediato de este partido esté en boca de todos. El propio García se destapó y se volvió a tapar meses atrás. Es uno de los grandes nombres que tiene el equipo naranja, joven y con empuje, que supo ganar la gubernatura del Estado más próspero de México sorpresivamente. Recientemente, en medio de la crisis que acongoja al partido porque unos quieren tener cartel propio y otros se decantan por sumar fuerzas con el Frente Amplio que encabeza Xóchitl Gálvez, García vuelve a coquetear con presentarse a la presidencia. Pero esta vez el mensaje le ha llegado alto y claro por boca de los tres tenores de la oposición.
México es una república federal y cada Estado se organiza políticamente a su manera, aunque todos de forma similar. La Constitución Política de Nuevo León dice en su artículo 115 que “el cargo de Gobernador solo es renunciable por causa grave que calificará el Congreso del Estado”. Y ese Congreso, hoy por hoy, está en manos del PRI y el PAN, cuyas intenciones se han expresado sin ambages. “En todo caso, un gobernador llega al cargo por voluntad y puede, por voluntad, abandonarlo. Es la voluntad la que prevalece y García podría presentar una acción de inconstitucionalidad y pelearlo en los tribunales federales”, sostiene María Eugenia Valdés Vega, especialista en Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en Iztapala. Aunque le parece una discusión un tanto banal, porque opina que las circunstancias políticas son las que cuentan ahora y no cree que el gobernador de Nuevo León, dada su juventud y escasa permanencia en el cargo, esté por la labor de abandonar su puesto. Por parecidas razones, tampoco lo cree Maribel Flores, experta en Política Pública del TEC de Monterrey, pero considera, además, que “el Congreso no tendría justificación legal para negar la licencia, ya que estaría afectando sus derechos políticos electorales regulados constitucionalmente”.
La sola insinuación de que Movimiento Ciudadano (MC) dé ese paso parece inquietar al bloque opositor, sabedor de que necesita todos los apoyos y más para acercarse siquiera al caballo vencedor, Morena, según las encuestas actuales. Todos los jugadores están pendientes de MC, porque también al partido del presidente le conviene que mueva la ficha a su favor, es decir, presentándose y dividiendo así los votos de la oposición. O eso creen en el PAN y sus aliados, que acusan a García de moverse en esa dirección por las presiones, dicen, que ejerce López Obrador sobre él, o sobre su partido. Presiones o acuerdos. En esos últimos días hay multitud de actos políticos que se presentan ostentosamente y negociaciones bajo el agua de las que poco o nada se conoce.
“En México, los Estados siempre han tenido autonomía, formalmente, pero era mentira, en las décadas continuadas del PRI, los gobernadores obedecían al presidente. Con Salinas y Zedillo, algunos gobernadores abandonaron su puesto para formar parte de los gabinetes presidenciales. García también podría hacerlo en esta ocasión y presentarse a las elecciones, pero sería riesgoso”, dice Valdés Vega. “Tiene poco tiempo en el cargo, [desde 2021], muy reciente para renunciar y sin garantía alguna de ganar la presidencia, además. A menos que tenga ganas de salir corriendo”, bromea la investigadora de la UAM. “Es joven, tiene futuro, y además el PRI y el PAN pueden frustrar esa candidatura, aunque opino que eso iría en contra del Frente Amplio, no redituarían ese movimiento en votos, más bien podría quitárselos”, reflexiona.
Los nervios están de punta, y mientras los líderes del tripartito amenazan en Nuevo León y piden al gobernador que se deje de “chingadas” y de intimidar a los regidores estatales de sus formaciones en el Estado Norteño, eso dijeron, es la candidata del Frente, Xóchitl Gálvez, quien tiene que aplacar la tensión. “Lo que hay que hacer es todos tranquilizarnos, finalmente somos la oposición y ojalá podamos construir un diálogo, ojalá”, ha declarado a los medios de comunicación. Gálvez sigue buscando los apoyos que precisa, pero el líder de MC, Dante Delgado, no ha parado de decir que jamás se subirá a ese Titánic, como llama al bloque opositor.
Las dos grandes fuerzas, morenistas y Frente Amplio, pelean ya una campaña electoral que aún no ha empezado. Movimiento Ciudadano no tiene expectativas de ganar en 2024, pero está en el medio del ring y su última palabra a buen seguro tendrá consecuencias políticas. Todos los jugadores cuentan.