El sueño energético del presidente López Obrador, la producción de gasolinas nacionales desde la nueva refinería Dos Bocas, en Tabasco, tardará más en llegar. El complejo industrial atraviesa un proceso de pruebas desde hace meses, no exento de turbulencias, atrasos y sobrecostos.
El Sábado pasado se reportó una fuga de gas en las instalaciones de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, por lo que empleados de Pemex y de las empresas subcontratadas fueron desalojadas de la factoría. De acuerdo con medios locales, esa mañana se había puesto en marcha la operación del sistema de gas y fuego en el laboratorio de la refinería, por lo que se prendieron las alertas. Aunque el incidente no arrojó heridos ni daños materiales, se aplazaron los trabajos.
La construcción de Dos Bocas, un complejo conformado por 18 plantas, ha estado envuelta en problemas de planeación y ejecución sobre el terreno desde su arranque. El presidente López Obrador, en un inicio, aseguró que se terminaría su construcción en tres años y con un presupuesto de 8.000 millones de dólares, pese a que empresas especialistas en refinación señalaran que estas indicaciones no eran realistas. A menos de tres meses de concluir esta Administración, la refinería todavía no está terminada y el desembolso ya sobrepasa los 16.000 millones de dólares, según los propios datos oficiales.
Los expertos estiman que Dos Bocas empezará a producir gasolina a finales de 2024. Un ciudadano allegado a la refinería, que ha solicitado el anonimato, ha comentado que al interior, ya está operando la planta combinada, el primer paso del proceso de refinación. “La refinería Dos Bocas ya está produciendo gasolina amarga, también llamada gasolina primaria, pero esta aún debe procesarse para utilizarse debido a su alto contenido de azufre y su bajo octanaje”, refiere.
A diferencia de las otras refinerías que ya operan en México, explica el especialista y allegado al proyecto, en Dos Bocas todo tiene que ser probado por primera vez y por ello es más lento el proceso de pruebas; además, la planta combinada presentó una serie de problemas, que ya han sido subsanados, pero que demoraron el arranque. En este momento esta planta combinada trabaja a la mitad. Según la experiencia de plantas similares, un proceso de pruebas y arranque tarda en un complejo de estas magnitudes entre 12 y 18 meses. Como parte de estos procesos preliminares, desde mayo pasado Pemex transporta diesel contaminado al complejo de Tabasco para depurarse en los equipos de la refinería Olmeca.
La refinería Olmeca, al interior de Dos Bocas, está diseñada para destilar por día 340.000 barriles diarios de crudo, lo cual ayudará al país a alcanzar el objetivo de soberanía energética enarbolada por el presidente López Obrador. Un proyecto que, en la retórica, ha sido respaldada en su totalidad por el director de Pemex, quien en sus más recientes discursos, a finales del mes pasado, ya contabilizaba en sus pronósticos al cierre del año la aportación de la refinería Dos Bocas. Según sus cálculos, en el segundo semestre de este año, este complejo procesará 177.000 barriles diarios de crudo.
A los obstáculos operativos se suma el alza en las facturas. El gasto original para la refinería era de 8.800 millones de dólares, pero en el reporte que Pemex envió en mayo a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), el costo ascendía a 16.000 millones de dólares. El mismo dato fue confirmado por el titular de la Secretaría de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Pemex se quedará corto en sus proyectos de refinación en este sexenio. A pesar de las transferencias millonarias a favor de la petrolera, año tras año desde 2019, el director de Pemex ha reconocido que la autosuficiencia en la producción de combustibles que había prometido esta Administración en su arranque se alcanzará a partir de 2025. Actualmente, las seis refinerías de Pemex y la recién comprada Deer Park produjeron en 2023 unos 655.000 barriles diarios de gasolinas.