Talento para alcanzar las estrellas, pero un presupuesto que no despega; La Agencia Espacial Mexicana

La realidad de la agencia espacial mexicana y los esfuerzos gubernamentales en la industria aeroespacial están lejos de cubrir las verdaderas necesidades del sector

Existe un cambio cognitivo que se han dedicado a estudiar los psicólogos desde finales de los 60´s llamado overview effect -efecto perspectiva-, por años los psicólogos de las diferentes agencias espaciales internacionales han estudiado este estado de asombro provocado por un estímulo multisensorial impactante que provoca cualidades de autotrascendencia por el hecho de ver la Tierra desde el espacio.

Básicamente los astronautas regresan de sus misiones completamente cambiados, el hecho de tener frente a ellos la profundidad del espacio y el 100% de la existencia humana altera la vida por completo desde una perspectiva existencial y psicológica.

Katya Echazarreta y Rodolfo Neri Vela son los estandartes (y orgullo) mexicanos a la hora de abrir una conversación ad-Astra, para quien no conozca sus historias personales, estas son ejemplos surreales de superación, talento, capacidad, vocación y sobre todo lo demás: TRABAJO, no pretendo compararlos entre ellos, pero sin duda las dos historias comparten estos y más valores que su contagio en nuestra sociedad, levantaría por completo el rumbo del país.

Ambos astronautas llegaron al espacio de la mano de agencias espaciales extranjeras, la NASA en el caso de Neri Vela (donde también trabajó Katya) y la empresa de Jeff Bezos, Blue Origin por parte de Echazarreta y a partir de su regreso los dos, embargados en un caso claro de overview effect han hecho una gran labor impulsando diversas causas, principalmente científicas, educativas y medioambientales. Pero por muchos años se han topado con algo que parece ser más grande que la propia distancia que hay entre México y la Luna: La increíble burocracia mexicana.

La Agencia Espacial Mexicana (AEM) fundada en el 2010, es la entidad responsable de la política espacial del país, hoy esta se ha quedado sumamente corta frente al reto que tiene enfrente. La agencia tiene dos baches inmensos, por un lado el normativo, por el otro el presupuestal, en el primero se encuentra limitada por la Ley Orgánica de la Administración Publica Federal, la cual no señala las atribuciones de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes sobre el sector espacial.

Por el lado presupuestario, el documento de Avance y Resultados Enero 2023-Junio 2024 de la AEM menciona que el presupuesto es insuficiente y que la situación es “grave” toda vez que los 72.9 millones de pesos que tienen asignados son mucho menores que las agencias homónimas en Nigeria, Filipines, Argentina o Brasil y el panorama no es para nada alentador, el presupuesto asignado para el 2025 se recortó a 69.9 millones de pesos, un 4.12% menos. El mismo Neri Vela, comentó a la prensa en mayo de este año “Tenemos la agencia espacial más pobre del planeta”.

México nunca ha sido punta de lanza en temas de exploración espacial, sonará a una afirmación sin importancia, pero tener una agencia espacial funcional podría ser de enorme beneficio para nuestro país en cuestiones como desarrollo tecnológico, siendo un programa de estas características un impulso total a la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías que pueden tener aplicaciones interesantes en sectores como las telecomunicaciones, aplicaciones militares, meteorología y agricultura.

De igual manera existen infinidad de ventajas que se podrían aprovechar frente a desastres naturales y el hecho de ampliar el plan de auxilio a la población civil en caso de desastres de la SEDENA -mejor conocido como DN-III-E agregándole funcionalidades espaciales se traduciría no solo en grandes cantidades de dinero invertido, si no, en miles de vidas salvadas y una mejor prevención generalizada de desastres naturales.

En un país como México con un sector agrícola sumamente desarrollado y de vital importancia económica y social, los datos satelitales podrían ayudar a optimizar la gestión del agua, predecir cosechas y monitorear la salud de los cultivos, mejorando enormemente la productividad del sector que mezclándose con las telecomunicaciones y la conectividad transformaría por completo el campo mexicano.

Habiendo tantas atribuciones y trabajo que la AEM podría hacer, hoy la Agencia se dedica en un 83.87% de sus resultados presentados (según su último informe) a presentar documentos, informes y reportes, que seguramente han tenido una utilidad importante para  demás dependencias pero que distan de su verdadera capacidad real y no es queja en contra de la Agencia, pero por más que en México sepamos explotar cada centavo $70 millones de pesos al año no es nada al hablar del espacio. Como referencia la NASA tuvo un presupuesto en el 2024 de $507 mil millones de pesos o en otras palabras, la AEM tiene el 0.0138% del presupuesto que tiene la NASA.

La realidad es que el espacio no espera a nadie. Mientras Katya y Neri regresaron del cosmos con una visión clara de nuestro potencial y fragilidad, México sigue atrapado en una burocracia que no despega. Ellos lo entendieron desde allá arriba: el futuro no solo se mira, se construye. Cada peso que hoy no invertimos en tecnología espacial es un paso más hacia el rezago global. ¿Cuánto más vamos a esperar para voltear al cielo y entender que el progreso no está en las estrellas, sino en nuestra capacidad de alcanzarlas?