¿Cómo se posiciona Sheinbaum frente a los principales retos que enfrenta México?

Un repaso breve por los planteamientos y formas de gestionar de la aspirante a la presidencia ante las cuestiones claves de la vida política mexicana

Claudia Sheinbaum ha salido victoriosa de la primera batalla. Desde este miércoles y gracias a los resultados de la encuesta interna de Morena, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México es la candidata del oficialismo para la carrera de fondo por el Palacio Nacional en las elecciones presidenciales de 2024. La veterana política de 61 años consolida así el relevo del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, y será la encargada de dar continuidad al ambicioso proyecto político, —“movimiento de transformación”, en sus propias palabras—, iniciado por el dirigente. Las líneas están marcadas: mantener el “humanismo mexicano” de López Obrador, un concepto creado por el mandatario que, al menos en discurso, sitúa a los pobres como principal prioridad. En la práctica, la frontera es más difusa, y las medidas de los morenistas oscilan entre la izquierda tradicional y planteamientos más propios de la derecha conservadora. A continuación, a modo de apuntes breves, se esbozan los posicionamientos y las formas de gestionar de Sheinbaum en materias clave como la seguridad, la militarización, el feminismo, el medioambiente, la educación, la sanidad o la economía: algunas de las principales cuestiones que deberá abordar si llega a ser la primera presidenta de México.

Seguridad

En un país completamente atravesado por la violencia, el narcotráfico y las luchas de poder entre las mil y una bandas criminales que se disputan el territorio, la inseguridad es uno de los problemas que más quitan el sueño. Sheinbaum saca pecho: según aseguró citando datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cuando estuvo al frente del Gobierno de la capital (2018-2023) logró una reducción del 58% de la incidencia delictiva y del 51% de los homicidios. En México, el 62,3% de la población adulta se siente insegura, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana. En la capital, 11 de las 16 demarcaciones en las que se realiza el estudio se encuentran por debajo de la media nacional. Aunque la urbe está lejos de ser un oasis de paz: las pruebas de la creciente infiltración del Cartel de Sinaloa o el de Jalisco Nueva Generación han ido en aumento —estos últimos llegaron a atentar en 2020 contra el jefe de la Policía capitalina, Omar García Harfuch, que sobrevivió a 414 disparos—, también la consolidación de poderosos grupos regionales como la Unión Tepito.

Militarización

López Obrador abrió el camino a la militarización de la vida pública del país, una medida sin precedentes en un Gobierno autodeclarado de izquierdas. Los soldados han desembarcado en las playas, en imágenes que habrían parecido surrealistas hace unos años, los aeropuertos o la gestión de las obras estatales. Sheinbaum, pupila de honor del obradorismo, ha seguido el mismo camino en la capital, con el despliegue de militares en el Metro ante las fallas técnicas y los accidentes que se suceden en un servicio viejo y descuidado. (El mayor escándalo que ha atravesado la exjefa de Gobierno fue, precisamente, el accidente de la línea 12 del Metro en el que fallecieron 26 personas de clase trabajadora, una piedra en el zapato de la que consiguió deslindarse sin que le pasara mayor factura política). Como heredera del proyecto del actual presidente, todo apunta a que la estrategia de militarización continuará si ella alcanza la presidencia, a pesar de las críticas de organismos de la sociedad civil y expertos, que ven con temor que los cuerpos castrenses acumulen poder en un país con un pasado de Guerra Sucia y represión.

Feminismo

El feminismo es probablemente el movimiento social con más fuerza en el México de hoy en día. En un país en el que asesinan a 10 mujeres al día, también el más necesario. Una corriente que saca músculo con soltura cada 8 de marzo, es capaz de marcar la agenda política y tutea al poder oficial. Sheinbaum se considera feminista: uno de sus principales ases en la manga es mostrar su hipotética llegada a la presidencia como un triunfo del feminismo, ya que se convertiría en la primera mujer en gobernar la República. A pesar de ello, su relación con el movimiento durante los años al frente de la capital ha sido tensa y salpicada de encontronazos y polémicas que llegaron a su auge el 8 de marzo de 2021, cuando empleó gases lacrimógenos caducados contra las manifestantes.

Medioambiente

Científica, defensora del medioambiente e integrante hace años del Panel de Expertos Climáticos de la ONU, su currículum supuso en los primeros días un soplo de aire fresco para los ecologistas capitalinos que, sin embargo, duró poco. Al principio de su Administración, arreciaron las críticas por su gestión de las crisis de contingencia ambiental, esos días del año en los que el cielo se vuelve del color del fango y respirar es un deporte extremo. Cinco años después, los altísimos niveles de polución continúan siendo uno de los grandes problemas sin resolver de la capital. No es fácil gestionar un monstruo ambiental como la Ciudad de México: en el ranking especializado de IQAir, que se renueva minuto a minuto, es raro el día en el que no se encuentra entre las 20 urbes más contaminadas del mundo. Sheinbaum ha defendido en numerosas ocasiones la necesidad de una política ambiental que combata el cambio climático y ha fomentado, al menos en su discurso, la creación de zonas verdes o la reducción de los desechos. También ha ejecutado obras que han puesto en riesgo humedales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y ha apoyado a capa y espada el Tren Maya, uno de los principales —y más polémicos— macroproyectos de López Obrador, fuertemente criticado por su elevado impacto ambiental tanto por activistas como por habitantes de las zonas que atraviesa y organismos oficiales.

Educación

A Sheinbaum le gusta recordar su pasado académico y los días de asambleas universitarias y movimiento estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sus primeros pasos en el mundo de la política. Defiende a ultranza la educación pública y durante su gestión se han creado la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud, que, de acuerdo con sus datos, “han permitido la incorporación de más 40.000 jóvenes a la enseñanza superior”. Cuando el Gobierno de López Obrador eliminó el programa Escuelas a Tiempo Completo, una medida que ofrece una comida caliente y horas adicionales de clase a 3,6 millones de niños y adolescentes en situación de pobreza, Ciudad de México y Puebla fueron las únicas entidades que lo mantuvieron. La morenista también ha apostado por aumentar becas a los estudiantes de la educación pública, una iniciativa que partidos de la posición como el PRD y Movimiento Ciudadano denunciaron por un presunto uso “irregular” de fondos públicos que perseguía un objetivo “electoral”.

Sanidad

La crisis mundial por la pandemia de coronavirus se cruzó con la Administración de Sheinbaum. Casi ningún político salió indemne de la gestión de la mayor tragedia sanitaria del siglo XXI, y la exjefa de Gobierno de la capital no fue una excepción, pero no fueron pocos los expertos que alabaron algunas de las decisiones de la capital respecto a las que tomaba el Gobierno. Como gesto, Sheinbaum no se quitaba nunca la mascarilla, una protección de la que sus colegas federales hacían chanza. Las vacunaciones en la capital también fueron ordenadas y exitosas. Las restricciones para los ciudadanos fueron menores que en la mayoría de grandes capitales mundiales, y el enfoque se puso en el delicado balance de regular el comercio y la venta ambulante en un país en el que un elevado porcentaje de la población sobrevive día a día gracias a las actividades informales. Más allá de la Covid-19, al igual que con la educación, Sheinbaum defiende un modelo de sanidad pública. Una de sus últimas medidas, antes de dejar su cargo para lanzarse de lleno a la carrera por la sucesión presidencial, fue integrar la atención médica pública en una sola institución, el Plan de Salud IMSS-Bienestar.

Economía

La pandemia también afectó de forma crítica a la economía de la capital. A pesar de ello, Sheinbaum presume de que durante su gestión la Ciudad de México ha liderado el crecimiento económico y ya está cerca de los niveles anteriores a la crisis del coronavirus. Las voces críticas de expertos contraargumentan que la recuperación está siendo más lenta que en otros Estados. De cara al resto del país, las líneas a seguir por Sheinbaum son claras: continuar por la senda abierta por López Obrador. La “austeridad republicana” del dirigente, ese concepto que esgrime como mantra a prueba de críticas, ha encontrado eco en boca de la candidata. En su último informe de Gobierno, Sheinbaum defendió que gracias a su proyecto político, en el país y en la capital se redujeron los privilegios de los funcionarios públicos; se recrudeció el combate contra la corrupción; no fue necesario contratar deuda gracias a su gestión y la apuesta por lo público ante lo privado ha funcionado. La realidad, sin embargo, siempre es más compleja que los discursos políticos: durante el primer sexenio de Morena, la inversión pública ha caído, el país fue el último entre sus pares latinoamericanos en recuperarse tras de la pandemia y su Producto Interno Bruto (PIB) está estancado. La deuda no se ha disparado, pero los especialistas señalan que según algunos indicadores aumentará entre 4% y 5% respecto a la Administración anterior. Un escenario económico dispar, con una moneda muy fortalecida, al que Sheinbaum tendrá que hacer frente.