Los Juegos Centroamericanos devuelven el optimismo a un México ansioso por ser potencia mundial en los deportes

La delegación mexicana gana 353 medallas, de ellas 145 son de oro, la mejor marca en los últimos 20 años. Las mexicanas fueron decisivas para los triunfos

Los mexicanos y las mexicanas, cada cierto tiempo, se acuerdan de que pueden comerse al mundo. En el deporte han encontrado dificultades para deslumbrar, muchos obstáculos los han encontrado desde los despachos. Menosprecio, corrupción, desinterés o incompetencia. Todos esos ingredientes han lastrado a los deportistas durante décadas y los grandes éxitos en los Juegos Olímpicos son mínimos por consecuencia. Pero siempre hay un punto de ruptura.

México conquistó el medallero de los Juegos Centroamericanos y del Caribe por segundo año consecutivo, la duodécima vez desde que se fundó esta competencia en 1926. En San Salvador, la delegación mexicana logró como nunca antes una cifra inédita de medallas de oro: 145. Destacaron las cinco preseas doradas que consiguieron las profesionales de natación artística. En ese escuadrón acuático, la líder fue Nuria Diosdado quien consiguió 18 medallas de oro en cinco ediciones de la competencia y así se convirtió la primera mujer en establecer este récord.

Alexa Moreno, en un año de recuperación, consiguió tres medallas de oro (entre ellos en equipo con el resto de las prominentes gimnastas), una plata y un bronce. También hubo gloria con los conjuntos femenino y masculino de tiro con arco. Incluso, los mexicanos ganaron en la división femenina y masculina los torneos de fútbol. En el caso del Tri femenino fue un torneo donde mostró su poderío pese a no clasificarse a la Copa del Mundo. En los clavados, otro de los deportes preferidos, Diego Balleza se quedó con dos oros y un bronce.

Además, México obtuvo 108 platas y 100 de bronce. Detrás quedaron las delegaciones de Colombia, Cuba y Venezuela. Pero, ¿los Centroamericanos son un buen parámetro? El ciclo olímpico en América Latina comienza con los campeonatos regionales, los Centroamericanos, los Juegos Panamericanos (donde compiten EE UU, Brasil y Canadá), los torneos mundiales de cada deporte y, finalmente, los Juegos Olímpicos. Es un camino largo que les ayuda a llegar con un buen impulso. Así, las competencias realizadas en El Salvador ayudaron a algunos deportistas a debutar en un torneo internacional, otros a encontrar ritmo y a los experimentados a aumentar el currículum.

Unas declaraciones de Ana Guevara, máxima responsable del deporte en México, incomodaron a los deportistas. La exatleta aseguró que en los Centroamericanos “no hay exigencia por ganar [por parte del Gobierno]. Hay algunas disciplinas que dan boletos para Panamericanos y el resto es de competencia de fogueo y de relleno para algunos”. Un mes atrás, la comisionada de la Conade inició una guerra contra el equipo de natación artística que debió buscar apoyos privados ante la falta de dinero público.

Una convulsa Federación de Natación obligó a que el Gobierno mexicano cortara los recursos a todos sus deportistas, quienes debieron pedir apoyo a marcas de forma pública, hacer rifas de sus autos, abrir cuentas en OnlyFans o pedir ayuda al magnate Carlos Slim. Guevara se desentendió de los Centroamericanos en cuanto empezaron las competencias. “El aire tóxico creado por otros [deportistas], como resultados de malos hábitos, son destructores de la productividad. En este país podemos ser protagonistas del mundo”, dijo Guevara en la ceremonia de abanderamiento previo a la competencia.

Las mexicanas vuelven a dar la cara por el deporte mexicano

71 de los 145 oros fueron ganados por las mujeres en los Centroamericanos. No es una sorpresa, es una grata costumbre en el deporte mexicano. En los últimos 20 años, las mexicanas han ganado 18 medallas en los Juegos Olímpicos frente a 13 de los hombres. Nuria Diosdado, con sus 18 oros en su vitrina, fue el principal rostro. También un tridente generacional en tiro con arco compuesto por Aída Román, Alejandra Valencia y Ángela Ruiz, oro en equipos.

En pentatlón Mayan Oliver fue la reina de la competencia. Y si de hegemonía se habla, la de Paola Longoria se coronó con dos preseas doradas en ráquetbol. Otra de las grandes realidades es Janeth Gómez en levantamiento de pesas quien, antes de los Centroamericanos, se erigió como campeona del mundo en el Grand Prix en La Habana. En San Salvador estuvo a unos kilos de ganar el oro, pero se quedó con dos platas. El conjunto femenino de ciclismo de pista se deleitó con los primeros lugares de Daniela Gaxiola, Yuli Verdugo y Jessica Salazar. Y la prueba de marcha, una de las favoritas de los mexicanos, se la quedó Alejandra Ortega.

El camino a París 2024 ha comenzado con gratas sensaciones para México.