Está ardiendo Oaxaca. También Michoacán, Guerrero, Chiapas y el Estado de México. Se está quemando Veracruz. El mapa de México revela 73 incendios forestales activos este miércoles, según el último corte publicado este medio día por la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Según los datos de la dependencia federal, hay más de 3.700 combatientes trabajando para liquidar el fuego que ha consumido ya más de 23.000 hectáreas forestales en 19 Estados del país. Hay 16 incendios en áreas naturales protegidas. México se enfrenta a las llamas al mismo tiempo que la sequía continúa haciendo estragos en su territorio: el 83% de los municipios está sufriendo la falta de agua.
Hace 11 días que está en llamas la Selva de los Chimalapas, en el sur de Oaxaca. Los combatientes han logrado acabar con tres de los seis focos, según los últimos datos actualizados de Conafor, pero los que quedan activos junto al fuego registrado en Villa de Tututepec y San Juan Tepeuxila han arrasado ya en total con 9.120 hectáreas. Oaxaca es la entidad donde más territorio está siendo pasto de las llamas. Le siguen Michoacán con 4.700 hectáreas y donde —según el Gobierno— el riesgo de generación de un incendio es muy alto debido a las perspectivas meteorológicas de altas temperaturas y fuertes vientos; Guerrero con 3.900 y Chiapas con 2.320.
Veracruz es la quinta entidad donde más están afectando las llamas, con un brutal incendio en Maltrata, en la región de las Altas Montañas, que ya ha acabado con 1.650 hectáreas. Los incendios en el Estado de México son los que cuentan con un mayor número de combatientes: 1.400 personas, entre las que están coordinadas el Ejército, la Guardia Nacional y las dependencias medioambientales, y cuentan con drones y helicópteros. Aún así han consumido ya 1.500 hectáreas. El fuego se ha convertido, junto a la tala ilegal del Estado, en la gran amenaza para sus parques naturales. El área protegida del Iztaccíhuatl-Popocatépetl fue una de las afectadas en las últimas semanas, después de que la cuesta del primer volcán estuviera ardiendo durante días.
El año pasado fue el más crítico en incendios para el país desde 1970. En 2023 se registró el pico más alto de hectáreas quemadas: más de un millón, en un total de 7.611 incendios; le siguen 2011 con 956.000 hectáreas y 1998 con 850.000 hectáreas. En estas décadas, el Estado de México, la capital y Michoacán han sido los Estados con mayor número de incendios, mientras que Jalisco, Chihuahua y Chiapas han sido las entidades donde más superficie ha sido quemada. El continuo incremento de las temperaturas sumido a la falta de agua están agravando el fenómeno.
Más de 2.430 municipios con sequía
El último estudio de la consultora HR Ratings, llamado “Estrés hídrico y sus principales causas en México”, que analiza los datos recabados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) revelan que más del 83% de México está en crisis hídrica. Esto significa que solo hay 396 municipios sin sequía. La situación se agrava al examinar la magnitud: hay más de 500 localidades en el país con sequía extrema y excepcional, situados principalmente. Algunos Estados como Querétaro tiene a sus 18 municipios en esta categoría extrema, Chihuahua al 94% de sus localidades, Sinaloa (77.8%), San Luis Potosí (77.6%) y Sonora (75.0%).
La cifra alarma, sobre todo, al compararla. Los consultores de HR Ratings recaban los datos de enero de 2016, cuando únicamente Baja California y Oaxaca reportaron municipios en dichos niveles de intensidad, y solo el 0.8% del total de municipios analizados de todo México contaron con esos niveles de sequía. “Por otro lado, haciendo el mismo análisis con el reporte del 15 de marzo de 2024 (alrededor de ocho años después), el 20.7% del total de municipios analizados a nivel nacional se encontraron en niveles de intensidad de sequía extrema y excepcional”, señala el informe.
La consultora centra su preocupación en el sector agropecuario como el principal grupo consumidor del agua en México. Para ellos propone: “El riego por goteo, la agricultura de precisión, la rotación de cultivos, la captación de agua de lluvia, el uso de abonos orgánicos y la conservación del suelo son algunas de las prácticas que el sector agropecuario puede realizar para conservar el agua”. Además, HR Ratings da un toque de atención a los Gobiernos sobre la importancia de hacer más eficiente la red de distribución de agua y minimizar las fugas.
“Asimismo, las inversiones en captación y almacenamiento de agua de lluvia, así como los procesos de desalinización son prácticas necesarias, principalmente para las temporadas de sequía que, con el cambio climático, cada año son más prolongadas”. La última arista es la conciencia pública, para los ciudadanos y las empresas: “Es importante recordar que la falta de este recurso puede tener un impacto financiero relevante en las industrias y en los municipios”.